Un resbalón no es caída
Luego de un largo "parate" por la Copa América, un Boca renovado viajó a la altura de Quito para abrir la semifinal copera. El tiempo de espera sirvió para recuperar lesionados e incorporar refuerzos, como Zuqui y Benedetto. Pero lastimosamente, hoy nos vinimos con las manos vacías y consumamos la primera derrota en el torneo (el xeneize era el único invicto, hasta esta instancia).
Alguno dirá que por haber convertido de visitante y por todo lo que representaba la altura en la previa, una derrota por la mínima y habiendo convertido no es mal negocio. Y eso es verdad. Pero por cómo se dio el trámite del partido (lo empezamos ganando, no lo pudimos aguantar, cometimos errores que nos costaron goles y luego desperdiciamos nuestras chances), me iré a dormir con mucha pero mucha bronca. ¡Aún jugando mal y haciendo un partido discreto, tuvimos todo como para traernos un mejor resultado!
Boca nunca le encontró la vuelta al partido. Seguramente la altura fue responsable de que costara dominar el balón, de la imperfección en los pases cortos y de llegar tarde ante cada pelota dividida. Eso estaba en los papeles. Pero el partido se abrió pronto y la tranquilidad de haber convertido de visitante no la pudimos usufructuar. Pablo Pérez fue el autor del tanto boquense, tras recibir un buen pase de Zuqui. Y recién por el cierre de la primera etapa tuvimos unos minutos donde pasamos sofocones (corte de luz mediante).
Ya en la segunda etapa se vio lo mejor del local. Los ecuatorianos aprovecharon la principal falencia xeneize en esta noche: los laterales. Y justamente de un resbalón de Jara llegó el empate. Mala fortuna, es verdad... pero era algo que ya se estaba presagiando. Y del otro lateral, Fabra, llegó el error que originó una contra que Angulo definió de manera excelsa.
Justamente en los minutos finales, cuando uno suponía que la falta de aire haría estragos en nuestros jugadores, fue cuando Boca fue al frente con lo poco que le quedaba y generó un par de situaciones clarísimas de gol, pero la pelota no entró. Eso, y el gol que no nos cobraron sobre el cierre del primer tiempo, nos privaron de una anotación más como visitante y de haber podido salvar el invicto.
Pero las chances igual están intactas. A Boca le sirve el 1-0, y será fundamental que no nos conviertan. Si el próximo jueves ajustamos la mirilla y secamos la pólvora, la final de la Copa estará al alcance de nuestros botines.
Etiquetas: Copa Libertadores 2016