Hoy sí rugió el Puma

Boca Juniors 2 - Quilmes 0

Una semana atrás lo critiqué, con justa razón, por ser el artífice involuntario de que Boca no se llevara los tres puntos de La Paternal. Nobleza obliga, hoy arranco esta crónica remarcando que gracias a los dos goles del Puma Gigliotti el xeneize venció al cervecero y se afianzó en el lote de los que están ahí prendidos en la lucha por el título.
Gigliotti cumplió y facturó por duplicado (tuvo otras chances, pero más no le voy a pedir; tampoco soy tan pedigüeño). Pero la gran expectativa estaba en la dupla Gago-Riquelme, tras la vuelta del 10 por un desgarro. Y a mi juicio, ambos cumplieron. No sé si armaron muchas jugadas o se juntaron todo lo que podían, pero cada uno aportó mucho para que Boca tenga fútbol y claridad en el traslado del balón. De los pies del 10 llegó el primero, cuando metió una asistencia magnífica para que Gigliotti definiera cruzado. Y tuvo otros buenos pases Román, pero no llegaron a ser asistencia por la impericia de los definidores de turno. Gago cumplió con creces, manejando el balón con criterio y recuperando muchos balones. Otro que cumplió fue Jesús Méndez, sorprendiendo en su posición de cuatro.
Pero no todo fue color de rosa en esta tarde victoriosa, que sirve de previa al gran superclásico. Primero, lamentar la lesión de Ribair Rodríguez, cuando el partido recién arrancaba. Y después, remarcar que Boca tardó mucho en definir un partido que, por cómo se presentó y por los méritos en cancha, debió concluir con un resultado muchísimo más holgado.
Se ganó y muy bien, con momentos de buen fútbol, manteniendo el arco en cero (por tercer partido consecutivo), creando varias situaciones de gol y con una Bombonera colmada y ansiosa por lo que se viene en siete días. Y ahí sí, qué mejor momento para lograr dos victorias consecutivas en este torneo que enfrentando a los plumáceos de la B. Amén.

Puma de peluche

Argentinos Juniors 0 - Boca Juniors 0

El título describe de manera exacta la faena de Gigliotti en la diminuta cancha de La Paternal: fue un Puma... ¡de peluche! Inofensivo en su máxima expresión, Emmanuel despilfarró tres oportunidades clarísimas de gol y Boca resignó dos puntos de oro en su afán de acercarse al lote de punteros.
Sabido es que la cancha de Argentinos Juniors siempre es un reducto complicado; ahora, a como se dio el partido, la tarde de hoy nos dejó un sabor por demás amargo. Orión pasó una jornada más que tranquila, y sólo la falta de puntería fue la responsable de que Boca no se llevara el premió que tanto buscó y mereció. Pero como dice el refrán, los goles no se merecen, sino que se hacen. Y hoy Boca no logró ninguno.
En el costado positivo se puede reconocer que el xeneize fue más que el conjunto local, que por momentos tuvo buen criterio para manejar el balón, las situaciones netas de peligro y, desde ya, el hecho de lograr por segundo partido seguido mantener la valla invicta. Este último punto hará que, cuando Gigliotti y compañía empiecen a meterla, los triunfos empiecen a llegar en fila (ojalá no sea sólo una expresión de deseo).
Una pena, amigos. Los que están arriba ganaron, y aunque se hizo un partido como para quedarse con los tres puntos, fue uno solo el que los boquenses pudimos rescatar y traernos de nuevo a La Boca.
Ya está, ahora a pensar en lo que viene, y lo que viene después de lo que viene. Quilmes y River aparecen en el calendario xeneize para las próximas dos semanas. ¡Dos rivales de la B! Así que a no regalar nada que con dos triunfos podemos pegar el salto, no sólo numérico, sino por sobre todo anímico.

G+10

Boca Juniors 2 - Racing Club 0

Segundo partido de Gago en Boca (tras su regreso), segunda victoria categórica. A esta altura, es Gago +10. La víctima de turno, un inofensivo Racing Club que tiene que dar gracias de haber perdido tan sólo por dos goles.
Sin dudas, Boca jugó el mejor partido del campeonato. Incluso un escalón por encima de lo hecho ante Vélez. Y acá es donde me pregunto: ¿Si ya demostró este plantel lo que puede rendir, por qué la maldita irregularidad? Porque Boca jugando en este nivel está claro que será gran candidato al título, pero el tema es que no ganamos ni repetimos dos partidos seguidos así. El andar irregular está reflejado por los números: 4-0-3. Ganamos, perdimos, ganamos, perdimos, ganamos, perdimos y volvimos a ganar. ¡Es hora de vencer al Bicho en La Paternal para de una vez por todas lograr dos éxitos seguidos y terminar de comprar la pilcha de candidatos!
El partido fue un monólogo xeneize. Un verdadero baile. Ya a los 15 minutos, cuando Sánchez Miño abrió el marcador de cabeza, Boca estaba mereciendo el primero. En todo el partido habremos tenido cerca de diez chances netas de gol, pero recién el alivio llegó promediando el complemento, cuando Gigliotti empezó a amortizar parte de su pase anotando su primer tanto con la casaca auriazul.
Hubo muchos puntos altos en la escuadra boquense, más allá de la mencionada actuación de Gago. Jesús Méndez jugó uno de sus mejores partidos en Boca; lo mismo Ribair Rodríguez, quien a mi juicio debe seguir jugando en la zaga central. Y también fue destacado lo del pibe Sánchez Miño. A Gigliotti le falta un poco en lo físico; lo veo muy lento por abajo, pero claro está, su arma letal es el cabezazo.
¿Qué les puedo decir, amigos? Este Boca desconcierta a todos. De la pésima actuación en Bahía Blanca (en otro equipo hubiera costado la renuncia del DT) a este festival de fútbol pasó tan solo una semana. Será vital encontrar cierta regularidad que permita repetir buenas actuaciones, hilvanar dos triunfos seguidos y llegar de la mejor manera al partido bisagra del torneo: el superclásico. El equipo ya demostró que tiene con qué; ahora debe dar el gran salto.

Muy lejos del Champagne

Olimpo 3 - Boca Juniors 0

Desastrosa noche del xenieze en Bahía Blanca, donde no solamente perdió por primera vez en su historia ante Olimpo en su propia ciudad, sino que además lo hizo ante una escuadra recién ascendida que no conocía la victoria tras las primeras cinco fechas del torneo. Pero lo más triste no es que se perdió, o por cuánto se perdió, sino por cómo se perdió. ¡Hoy Boca no tuvo alma! Nereo Champagne, arquero del aurinegro, hoy fue un espectador de lujo.
El equipo arrancó el encuentro movedizo, pero nuevamente pudo mantener muy pocos minutos la valla invicta. Ya sin Orión, Gago y Riquelme, Boca tenía la misión de ganar para quedar a tiro de la punta, pero con el 0-1 casi desde el vestuario los planes se rompieron para ambos conjuntos.
El único momento donde Boca pareció acercarse al empate fue durante un pasaje del complemento, pero se trató sólo de un espejismo. Pudo ser de Sánchez Miño pero el palo lo evitó; también lo tuvo Gigliotti, pero su cabezazo bombeado pasó cerca. Ahora, cuando Olimpo marcó el segundo, el tercero no tardó en llegar y finalmente estuvo más cerca del cuarto que Boca del descuento. Por suerte, el xeneize no terminó con algunos hombres de menos, porque ante tanta impotencia la roja estuvo merodeando las cabezas boquenses cual espada de Damocles.
Los horrores defensivos de esta noche me hacen pensar que no mejoramos tanto respecto al deslucido Boca de los últimos torneos. Y como colorario, me atrevo a decir que Guillermo Burdisso no puede vestir más la casaca de nuestro equipo, que no entiendo para que catzo trajeron a Trípodi como suplente de Orión (hoy el ex Quilmes tuvo una tarde para el olvido), y además, que lo hecho ante Vélez quedó tan lejano que no se explica cómo le pudimos ganar con tanta presencia una semana atrás.
No nos engañemos, amigos. Podremos pelear el campeonato, y ojalá, lograrlo. Pero este equipo no entusiasma ni tiene pasta de campeón.

Pinta bien este regreso

Boca Juniors 2 - Vélez Sarsfield 1

Volvió Gago y, casualidad o no, volvió un Boca que hacía años no veíamos. ¡Bienvenidos a ambos! Ya la primera pelota que tocó Pintita fue el centro que Ribair Rodríguez cabeceó al gol para poner en ventaja al xeneize al minuto de juego.
Boca salió a comerse crudo al rival, y al margen de haber encontrado la ventaja en el primer ataque, siguió con una presión infernal que hizo que los velezanos no pudieran mantener la posesión del balón. Era muy promisorio lo que mostraba el conjunto xeneize, pero cuando menos uno lo imaginaba, llegó el empate. Todo un baldazo de agua fría porque hasta ese momento Vélez no había hecho nada y Boca lo estaba arrollando en el desarrollo del juego. Pero luego de unos minutos equilibrados, el xeneize volvió a tomar la iniciativa y atacar al conjunto de Liniers. El premio llegó antes del complemento, cuando una buena jugada de Sánchez Miño (de lo mejor de la cancha) fue coronada por Nicolás Blandi para recuperar la ventaja en el marcador.
El segundo tiempo fue todo de Boca, contando incluso con más y mejores situaciones de gol. Lo tuvo Sánchez Miño, luego el Burrito Martínez y también pudo ser de Gigliotti (que reemplazó en el inicio del complemento a Blandi que salió con una molestia), pero ninguno estuvo preciso en la definición. Incluso quedamos en supremacía numérica tras la expulsión de Cerro, pero la ventaja seguía siendo la mínima. Tan sólo por eso, Vélez se animó sobre el final y hasta pudo empatarlo en la única clara que dispuso. No por viejo, el refrán deja de ser actual: hay que liquidar los partidos o después se pueden lamentar. Por suerte eso hoy no ocurrió y Boca, aunque sea por la mínima, se quedó con un justo triunfo que debió ser mucho más holgado si el equipo hubiera tenido cierta cuota de realismo.
Para destacar, el regreso de Gago (aguantó los 90), Ribair cumplió como central, el nivel de Sánchez Miño y un Burrito Martínez que sigue creciendo en su juego. En el debe, el estado físico de Gigliotti, al que se lo vio muy lento y pesado cada vez que le llegó el balón por bajo (¿está al 100% en lo físico?).
Hoy La Boca fue una fiesta completa como hacía tiempo no se veía. El próximo desafío, ganar dos partidos seguidos. ¡Con ese norte iremos al sur a enfrentar a Olimpo!