Cara o Cruz(eiro)

Boca Juniors 2 - Cruzeiro (Brasil) 1

Ganó Boca, es cierto. Pero este triunfo, en el mejor de los casos, se podrá festejar dentro de una semana. Tuvimos todo a nuestro alcance para rematar la serie, y de un virtual 3-0 o 4-0 pasamos a un 2-1 que esperemos no lamentar dentro de siete días. Porque un gol no es diferencia. Porque el maldito tanto de visitante hace que a los brasileros les alcance sólo con un 1-0. Y porque por el desarrollo del partido, la goleada estaba servida en bandeja, con moño y todo. Pero erramos cualquier cantidad de goles, volvimos a marcar mal la salida de un córner (o a no marcar, directamente) y un rebote fortuito hizo que Cruzeiro festeje la derrota mínima casi como un campeonato.
El primer tanto xeneize llegó a los seis minutos de los pies de Riquelme, tras un buen centro de Álvaro González. A esa altura, Boca ya había creado tres situaciones de gol. El dominio era total y absoluto, y en toda la etapa inicial tuvimos no menos de seis o siete situaciones inmejorables para ampliar el score. ¿Cruzeiro? Nada. ¡Los brazucas estaban pálidos!
En el arranque de la segunda parte, Boca tuvo tres chances netas en un puñado de minutos. Luego que Dátolo marcara el 2-0 (tras una muy buena jugada personal), las situaciones fueron llegando una tras otra. Palacio la tiró por arriba, Palermo estrelló un remate en el palo, el uruguayo González la pateó afuera, Riquelme le rompió las manos al arquero... ¡era una cosa de no creer!
Pero a veces cuando no la embocás, terminás sufriendo. Y a la salida de un córner, la defensa boquense descuidó a Fabricio y su remate rebotó en Álvaro González para descolocar a Caranta. El resultado no se modificó y ahora no queda otra que ir a pelearla a Brasil (por enésima vez) con una diferencia mucho menor a la esperada (al menos por el transcurso de gran parte del partido).
Para destacar: la figura de Battaglia y las actuaciones de Riquelme y Dátolo.
Para lamentar: el tanto recibido, los goles errados y el cubito de hielo que arrojó un estúpido desde los palcos (esperemos que la cancha no sufra una suspensión).
Para aprender: no podemos repetir errores del pasado.

Perdió más que un invicto

San Lorenzo 1 - Boca Juniors 0

Esta tarde, en el Nuevo Supermercado, perdón, en el Nuevo Gasómetro, Boca perdió mucho más que su invicto en el torneo local. Perdió la chance de acercarse a la punta. Perdió la posibilidad de tomar confianza de cara a lo que viene. Perdió la credibilidad en su DT. Pero por sobre todo, muchos jugadores perdieron la oportunidad de demostrar que están para ponerse la camiseta de Boca.
No quiero pecar de resultadista ni manejarme con el exitismo que siempre critiqué. Pero jugadores como Cardozo, Boselli, Cáceres y Maidana (este último con el atenuante que no está jugando en su puesto) agotaron mi paciencia. ¡Están en Boca, la puta madre que los parió!
Hoy perdimos contra un equipo de medio pelo que se encontró con un regalo a los dos minutos de juego y luego le alcanzó con poco y nada. Porque seamos honestos: los cuervos son horribles, pero hoy nosotros sólo los superamos en eso: fuimos peores.
Si contamos nuestras situaciones de gol en todo el partido, sólo rescatamos el cabezazo en el palo de Roncaglia, una de Gracián en el primer tiempo y algún remate desde afuera del área. San Lorenzo no hizo mucho: sólo aprovechar nuestros regalos en el fondo. A juzgar por como está la última línea de Boca, creo que ni un cargamento de Actimel ayudará a reforzar esta defensa.
Amigos, arrancamos con el pie izquierdo una seguidilla de partidos que marcará a fuego nuestro destino. Y si bien confío en el equipo, y sobre todo en los nombres y hombres que hoy fueron resguardados, debemos aprender de estas señales de alerta. Los dirigentes deberán tomar nota y entender que se debe venir un gran recambio, con jugadores y suplentes que estén a la altura del xeneize. Y el cuerpo técnico entender y hacer entender que en una semana jugamos contra los plumáceos, y allí habrá que transpirar sangre, dejar la piel en la cancha y la vida en cada pelota. Porque más que nunca, y cueste lo cueste, el domingo tenemos que ganar.

Con los huevos en La Boca

Boca Juniors 3 - Unión Maracaibo (Venezuela) 0

¡A lo Boca! Sufriendo, por la ventana, con el corazón en la boca y los huevos en La Boca, pero el equipo puso todo lo que había que poner, y, gracias a una manito del Atlas de Brindisi, estamos en la próxima fase.
Los anti-Boca hablarán de suerte, fortuna o del celular de Dios. Pero la realidad es que Boca no mereció sufrir tanto para pasar de ronda. Y no sólo por las situaciones de gol que creamos ante los venezolanos: contra Colo Colo y Atlas, de visitante, no merecimos volvernos con las manos vacías. Acaso, ¿cuántos equipos demostraron ser más que el xeneize? ¡Ahora empieza la verdadera Copa!
Había que hacer cinco goles para no depender de otro resultado (cuatro también serían suficientes, salvo un resultado ilógico en Chile). Y antes de la media hora inicial ya estábamos 2-0 arriba, merced a los goles de Paletta (quien al rato salió lesionado) y Dátolo (de excelente primer tiempo). Sin embargo, en lugar de tranquilizarse, Boca se puso más nervioso. Sobre el final de la etapa, Riquelme pudo anotar el tercero, pero su débil remate fue a las manos de Henao.
En el segundo tiempo, había que anotar dos tantos más. De arranque, Palacio tuvo varias chances muy claras, pero falló en la definición. Con el correr de los minutos el rendimiento se fue diluyendo y la ansiedad le ganó a la paciencia. Boca era un manojo de nervios y Maracaibo se defendía con mucha gente y jugaba sin presión. De repente, buenas nuevas llegan a la Bombonera: Atlas le empataba 1-1 a Colo Colo y de mantenerse ese score a Boca le alcanzaba con un gol más. Y las cosas se pusieron mejor con el tanto de Riquelme: un golazo para poner el 3-0 y acercarse más a los octavos de final. Pero... un gol de los chilenos nos dejaría afuera salvo que alcanzáremos el 4-0. Entonces, ¿qué hacer? Cuidar el 3-0 ante la falta de respuestas físicas (y rogar por un empate final en Chile) o salir a buscar el cuarto gol, exponiéndose en defensa. A mi juicio, la segunda opción era la correcta. Y el equipo lo intentó, pero no pudo volver a anotar.
Final en Chile: 1-1 y alivio. Final en Buenos Aires: 3-0 y locura. Se sufrió, es verdad. Pero ahora empieza otra historia. Una historia cuyo final ya hemos conocido y disfrutado seis veces.

Dos vacunas y chau Lepra

Boca Juniors 2 - Newell´s Old Boys 1

Había que ganar o ganar para sumar de a tres y meterle presión a los de arriba. Justo cuando Ñuls amenazaba con esparcir lepra por todo el estadio, apareció el Dr. Palacio con dos vacunas (aunque la segunda la aplicó su colega, el Dr. Palermo).
El primer tiempo fue un bodrio. Boca jugó decididamente mal y lo poco rescatable fue el debut del lateral Ibáñez, quien salvó dos goles de la línea. En ataque, tuvimos algunas ocasiones con Cáceres (parece que sólo la puede embocar en el arco propio) y Palermo (pero le quedó para la derecha).
En el arranque de la segunda parte las cosas no cambiaron mucho, hasta que llegó el gol de Palacio. Allí muchos imaginamos que nacería otro partido, pero nada de ello ocurrió. El visitante salió a atacar un poco más (ojo que tampoco arriesgaron mucho que digamos) pero el xeneize no generó demasiado peligro como para aumentar el marcador. Cardozo pudo cerrar el encuentro pero se perdió una chance neta de gol. Y luego, Boca lo lamentó: soberbio tiro libre de Salcedo para igualar las acciones 1-1.
Con quince minutos por jugar la cosa se estaba más que negra. Pero Palacio, de enorme partido, se mandó un gran desborde y centro que rebotó en el palo para que luego Palermo la empuje de cabeza hacia la red.
¡2-1 final! Y hablando de finales, el martes tendremos una contra Unión Maracaibo. Los tres puntos de hoy nos permiten mantenernos en la lucha por el torneo doméstico y mantener en alza la confianza para el trascendental partido por la Copa. Allí, más que nunca, deberemos volver a generar muchas situaciones de gol y convertir todas las que no embocamos en el 2008.

Pidiendo la hora

Gimnasia y Esgrima (Jujuy) 1 - Boca Juniors 2

Boca se trajo de Jujuy tres puntos de oro en su misión por no perderle pisada a River y Estudiantes. Si bien el equipo no tuvo una buena producción (mucho influyó el pésimo estado del campo de juego), en un momento el partido estaba servido en bandeja, pero terminamos pidiendo la hora.
El primer tiempo fue flojo. Jugar por abajo era complicado y Boca no tenía buena salida por los costados. Sin embargo, tuvimos tres situaciones clarísimas para abrir el marcador. Primero, Palacio se perdió un gol increíble desde abajo del arco. Luego, a Palermo le anularon un gol que era perfectamente válido. Y finalmente Rodrigo dispuso de otra gran chance, pero su potente disparo reventó el travesaño. Los jujeños llegaron poco, pero con suficiente peligro como para asustar a los corazones bosteros.
En la segunda mitad las cosas no parecieron cambiar mucho en el arranque, pero el gol de Dátolo modificó el rumbo del partido. Allí los locales tuvieron que salir un poco más y Boca tuvo espacio para la contra. A la enésima infracción sobre Palacio, Pezotta tuvo que expulsar a un jugador local, lo cual pareció simplificar el trámite para el xeneize. A pocos minutos del final, Jesús Dátolo marcó el 0-2 a favor de Boca y todo parecía cocinado. Pero... ¡nacimos para sufrir! Una mala salida de Migliore (quien reemplazó a Caranta en el entretiempo) le permitió a los jujeños alcanzar el descuento. Y los cinco minutos finales (más el descuento) fueron a puro nervios.
Boca sufrió mucho más de la cuenta para ganar un partido que en un momento parecía tener en el bolsillo. Pero bueno, lo que cuesta se disfruta más. En otros partidos hicimos muchos más méritos para ganar y tuvimos que conformarnos con un empate. Así que no está tan mal obtener un triunfo aún cuando quedan cosas en el debe.

¡Cumplimos 3 años!

¡El blog cumple sus primeros tres años de vida!
Desde su nacimiento (pocos días después del Xentenario) hasta la fecha, hemos compartido muchas alegrías, títulos, hazañas y emociones.
Hoy es momento de darle las gracias a todos los que de una u otra forma hicieron que este espacio pueda crecer, ya sea posteando comentarios, enviando material, opinando o simplemente estando allí, pantalla mediante, compartiendo la pasión que sentimos por Boca. ¡Realmente me llena de orgullo este sitio!
Pero el agradecimiento más grande es para Pincel, Titi y Mariano por bancarme en todas.
Saludos, y... ¡el que no salta es una gallina!

Campeón de Boca

Para volver a gritarlo

El 10 de abril de 1981 Diego Armando Maradona hizo un gol inolvidable ante los plumáceos. Hoy, a 27 años de tal conquista, es un buen momento para volver a gritarlo.

Marche una calculadora

Atlas (México) 3 - Boca Juniors 1

Calculadora científica, $65. Pastillas para el corazón, $150. Regalar tres goles que nos dejan al borde del abismo, ¡no tiene precio!
Lo de Boca no tiene nombre. Podemos decir que hicimos méritos para ganar (ni siquiera empatar), y sería cierto. Podemos esgrimir que además tenemos mala suerte, y en parte es verdad. Pero lo que no podemos dejar de remarcar es que, pese a ser uno de los equipos que más situaciones de gol genera en todo el continente, estamos fallando mucho en la definición. Y atrás, somos un desastre. Sí, un DE-SAS-TRE (con mayúsculas).
En el primer tiempo estaba todo a pedir del xeneize. Atlas no llegaba y dominábamos el partido a voluntad. Pero en un tiro de esquina, la defensa de Boca durmió una larga siesta, los mexicanos jugaron corto, le hicieron el dos-uno al defensor boquense (¡faltaba otro defensor allí, muchachos!) y para hacerla redonda, Cáceres la metió en el arco propio (¿se habrá enterado que ahora juega en Boca, y no contra Boca?).
De nuevo, a remontar un resultado adverso. Pero esta vez, el merecido empate llegó pronto, siendo Battaglia el goleador de turno. Y en los minutos siguientes, desperdiciamos goles increíbles. Primero, un contraataque nos dejó en superioridad numérica, pero el tiro de Gracián pasó a milímetros del palo. Luego, Palermo solo solito y solo, desde abajo del arco la tiró afuera (no importa Titán: ¡te banco a muerte!). Resultado parcial: 1-1.
En la segunda mitad, Boca no salió igual y Atlas empezó manejando el partido. El trámite arrancó parejo, pero de una jugada a favor, donde un defensor local la rechazó de milagro en el borde de su área, se terminó gestando una contra letal, la cual fue bien aprovechada por Bruno Marioni (regalito previo de Maidana y media defensa xeneize).
Increíble, otra vez la misma historia. De nuevo a salir a buscar el empate, pero esta vez, empezando a ver de reojo la diferencia de gol.
Un nuevo error en la defensa de Boca gestó el tercer y definitivo gol de Atlas. Pudimos descontar, pero volvimos a fallar en los últimos metros, y otra vez un palo nos dijo no.
Para destacar, las buenas insinuaciones del pibe Chávez, que viene pidiendo pista. Para lamentar, una nueva y decepcionante actuación de la defensa xeneize. ¿Habrá llegado la hora de probar con Roncaglia como central?
Ahora, la clasificación quedó más complicada que nunca y todo el pueblo bostero está sacando cuentas. Si goleamos en el último partido (por una diferencia escandalosa), seguramente estaremos en la próxima ronda. Cuántos goles necesitaremos, recién lo sabremos el jueves luego de Colo Colo vs. Unión Maracaibo. Pero una cosa es segura: de seguir defendiendo como lo estamos haciendo últimamente, deberemos marcar cinco goles por partido o ver la final por TV.

Otro empate que duele

Boca Juniors 1 - Banfield 1

Volvimos a dejar dos puntos de oro en el camino, y esta vez, en condición de local. Además del magro empate, fue por demás preocupante el rendimiento del primer tiempo y el nivel de algunos suplentes que siguen desaprovechando las chances que tienen para demostrar que pueden jugar en Boca.
Si bien faltaron varios titulares, el déficit del equipo estuvo en la generación de juego. Se notó mucho la ausencia de un conductor y el esquema de tres delanteros no funcionó. La defensa siguió mostrando fallas y el tempranero gol visitante le agregó una dosis de dramatismo al encuentro.
Pobre, muy pobre fue el primer tiempo de Boca. Por eso no extrañó que al comenzar la segunda etapa Ischia pusiera a Gracián por Castromán. También ingresó Battaglia por Vargas, pero ese reemplazo no se debió al nivel del colombiano sino para preservarlo para el martes contra Atlas.
De a poco, Boca metió contra el arco a Banfield, y Palermo, uno de los más destacados en esta tarde, estampó el empate de cabeza. Quedaba mucho tiempo, pero el xeneize fue con más ímpetu que fútbol. Y si bien tuvimos un par de chances para quedarnos con los tres puntos, la producción de esta tarde fue bastante pobre.
A esta altura, y aunque resta mucho torneo por jugar, ya preocupa los puntos que estamos dejando en el camino. Sabido es que Boca es Boca y se agranda en las difíciles. Pero un equipo que pretende salir campeón debe cerrar partidos que se presentan accesibles.

¡103 pirulos!

103 años de pasión.
103 años de gloria.
103 años de aguante incondicional.
103 años.

¡Feliz cumpleaños, Boca!