Se agrandó Chacarita

Chacarita Juniors 4 - Boca Juniors 1

Parece que el veranito se terminó pronto en La Boca. Y no lo digo por cuestiones climatológicas, claro está. El triunfo contra River pareció un oasis en el medio del desierto, porque hoy volvió el Boca apático, tibio y con los horrores defensivos que nos llevaron desde hace fechas a ser el equipo más goleado del campeonato. Si contra las gallinas nos ilusionamos con que tenemos jugadores y potencial como para pelear otra cosa, hoy quedó en claro que no por nada hace año y medio que merodeamos el fondo de la tabla. ¡Esto es Boca! ¡Acá no se salva el año ganándole a River!
La primera excusa que a cualquiera le podría venir en mente es que los jugadores estaban cansados luego del partido del jueves. Me parece algo lógico, y más aún si consideramos que se jugó a las 15:00 a pleno rayo del sol. ¿Los dirigentes dónde están? ¿No tenemos peso en AFA o son realmente idiotas? De todas formas, nobleza obliga, la defensa xeneize me hace suponer que independientemente del descanso u horario establecido, nada ni nadie nos salva de nuestro destino.
Pero el primer tiempo xeneize nos ilusionó con otro marcador. Y no sólo porque Boca lo ganó con gol de Matías Giménez tras asistencia de Riquelme, sino porque tuvimos situaciones como para rematar el encuentro. Boca estuvo más cerca del tercero que del segundo. Pero el arranque del complemento fue demoledor para nuestras aspiraciones. Al minuto y monedas, Chaca lo empató; y un rato más tarde, penal, expulsión de Muñoz (tenían que haber echado a Barroso), atajada de García pero gol de rebote. Boca quedó 2-1 abajo y con un hombre menos. ¿Qué hizo Alves? Metió mano al banco y sacó a Palermo con el equipo perdiendo. Valga la redundancia, ¡una locura!
Triste final amigos. No sólo que no tuvimos chances de empatar, sino que el Funebrero anotó dos veces más y terminamos bailados por un equipo de Nacional B.
El torneo está perdido, la Sudamericana no la vamos a jugar, y a menos que salgamos campeones el próximo Apertura 2010 tampoco jugaremos la Libertadores 2011. ¿Algo más? Sí, que ya van tres campañas magras y cuando se nos vayan los puntos del Apertura 2008 tendremos un descenso preocupante. ¡Es hora que la dirigencia tome cartas en el asunto! Este cuerpo técnico y algunos jugadores no tienen jerarquía para comandar nuestros destinos.

Chau riBer

Los afiches no se hicieron esperar. Los bosteros seguimos disfrutando del triunfo y los pulmáceos mordiendo rabia.



¡Chau riBer! Tu próximo clásico es Boca Unidos.

Que la sigan mordiendo

Boca Juniors 2 - River Plate 0

Actitud, por no decir pelotas. Eso puso el xeneize para quedarse con el clásico y darnos una alegría enorme entre tantos bajones. Mi gratitud a los muchachos que hoy parecieron entender el mensaje: no importaba el fútbol ni los modos, sino ganar o ganar. Boca fue un manojo de 11 pares de huevos en cancha; River, un rejunte de 11 webones. Y nunca más apropiado este último adjetivo, porque si algo tuvo este superclásico fue un tinte chileno por los dos goles del trasandino Medel. El primero, al empujarla tras un tiro libre de Riquelme. Y el segundo, luego de una hermosa jugada colectiva en la que participaron Monzón y Gaitán.
Pero para ser coherente con mi mensaje, hoy no voy a hablar de fútbol sino de actitud. Boca superó a los plumáceos en todos los sectores del campo. Los boquenses ganaron cada pelota dividida, pelearon todas y corrieron como nunca. Es verdad que tal vez no tuvimos muchas situaciones, pero el partido pareció controlado en todo momento, aún cuando expulsaron a Gary Medel, héroe de esta tarde de jueves.
Luego de este coctel de mayonesa (puro huevo), llegó el final anhelado: "Chau riBer".

La 12 cantó:
Y ya lo ve,
y ya lo ve,
el que no salta,
se va a la B.

Para el final, me reservo el postre. Una de cal y una de arena.
¿La mala? Hubiera sido la cereza de la torta si Palermo marcaba su gol 219 justo contra las gallinas. Pero lo importante era ganar.
¿La buena? Ver que todo volvió a la normalidad. Ganamos de local, atendimos a nuestros hijos y vimos a la Muñeca Gallardo morder al chileno Medel. Wow, ¡qué rudeza! Arañazos y mordiscones son sólo una parte del repertorio de este auténtico macho de barrio.
En fin... ¡Que la sigan mordiendo! ¿Y Ortega? ¡Que la siga mamando!

Super suspenso

Boca Juniors 0 - River Plate 0 (Suspendido)

La intensa lluvia le puso un abrupto final a un partido que sólo duró 10 minutos y aún muchos nos preguntamos por qué arrancó. Es verdad que así no se podía jugar; si Román no la domina, estamos listos.
No hubo tiempo para hablar de fútbol, pero sí permítanme hablar sobre los bochornosos comentarios de Lázaro Silverman (también conocido como Marcelo Araujo) y Julio Ricardo. El primero, dijo que pese a la intensa lluvia el campo de juego estaba en óptimas condiciones como para que se juegue el encuentro, pero corte mediante concretó una panquequeada enorme y habló de un campo de juego deplorable. El segundo, se sumó a los dichos del volátil relator y pidió la renuncia o el despido del canchero. Yo digo...
Lázaro Silverman (permitime llamarte así que fue como te bautizaron tus viejos), tu volatilidad y facilidad para cambiar abruptamente no deja de sorprenderme, ya que no sólo mutaste de identidad sino también de ideología, pasando de ser un acérrimo menemista hasta la actual versión de oficialista K que dirige la batuta deportiva en Canal 7.
Julio Ricardo, me extraña que no te guste la lluvia porque todos sabemos que siempre te gustaron las botas.

Alunados

Tigre 3 - Boca Juniors 0

¡Boca dio asco! ¡Vergüenza! Perdimos claramente contra un equipo digno del Nacional B al cual sólo le alcanzo con correr y poner ganas para vulnerar a la débil resistencia xeneize. O nula, mejor dicho. Porque lo que más bronca me da no es perder un partido si el rival te supera y vos dejaste todo en la cancha. Lo que me saca de las casillas es la forma en que perdió Boca esta tarde en Victoria: no hubo entrega, no hubo actitud y no hubo rebeldía ante la adversidad. Sin lugar a dudas, Boca llega de la peor manera posible para el superclásico del próximo domingo.
El partido no resiste análisis. Nos ganó un Tigre que no había vencido aún de local, con tres goles del Chino Luna, con Caruso Lombardi como técnico y con un plantel competitivo... para la segunda división. Boca consumó el peor arranque en torneos cortos, tenemos un solo triunfo en nueve encuentros y somos el equipo más goleado del campeonato.
¿Los culpables? Todos, en mayor o menor medida. Boca no tiene conducción, y a la inexperiencia de nuestro presidente se suman las apetencias políticas y dirigentes pensando en su propio porvenir y no en el club. El cuerpo técnico no tiene la experiencia para estar al mando en esta situación, pero sin embargo al Chueco Alves es a quien menos tengo por reprocharle. Y algunos jugadores están demostrando que la camiseta auriazul les queda enorme. Sin lugar a dudas, hay que hacer una limpieza muy grande, y esto lo digo independientemente que el domingo vapuleamos a River (total, soñar no cuesta nada).
Campeonar es una utopía. Hoy por hoy sólo queda ganar el superclásico a como dé lugar, y luego engrosar nuestro promedio no sólo para el descenso sino para poder volver a jugar una copa internacional.
Espero de todo corazón que los jugadores reflexionen y entiendan el mensaje, más allá de las diferencias que puedan tener con Alves o la dirigencia actual. Es inimaginable pensar qué pueda ocurrir si perdemos con River. Y mucho menos si caen mostrando una versión tan apática como la de esta tarde.
¡A transpirar la camiseta, viejo! Porque el amor por Boca es inagotable y la hinchada viene apoyando estoicamente al equipo desde hace más de un año de frustraciones. Pero la paciencia tiene un límite.

(Ll)uy! Hauch(e)!

Boca Juniors 1 - Racing Club 2

Duele ver a este Boca. Pero es más un dolor de corazón que de ojos, porque a nivel nombres uno no termina de entender cómo puede ser que estemos en esta situación, cuando otros equipos con once picapiedras están prendidos en la lucha. Además, este Boca desconcierta: por momentos uno sueña en la remonatada y terminar en los primeros puestos (sobre todo cuando atacamos). Pero no hay caso: del medio para atrás somos un flan con crema y ante la primera adversidad se nos viene el mundo abajo.
Los primeros minutos de Boca fueron muy buenos. Yo pensé que la malaria se terminaría y volveríamos a la senda de la victoria. Gaitán ya había anotado el primero y todo marchaba sobre rieles. Racing no asomaba nuestra área y el xeneize dominaba a placer. Pero bastó a cometer un error defensivo que costó la igualdad, y chau partido. Los boquenses se derrumbaron y volvieron las dudas. Y la Academia, que no había hecho mucho, se agrandó al punto de ponerse en ventaja e incluso hacer que García tuviera que sacar alguna que otra pelota de gol. Inexplicable.
En el complemento Boca volvió a salir con todo, pero la furia duró pocos minutos. Luego vino la desesperación, la falta de idea y las imprecisiones, incluso en jugadores de buen pie como el Pocho Insúa. Y si bien tuvimos algunas chances para empatar, la floja labor de los segundos 45 minutos (y de gran parte de los primeros) nos dejó un sabor amargo difícil de digerir.
Desde hace un año y medio la Bombonera no parece inexpugnable. La realidad indica que estamos para pelear la mitad de tabla más que el torneo. La defensa no aparece. Pese a la rotación, el equipo tampoco. Preocupante presente mis amigos. Desde ya que esto no es 100% de culpa del Chueco Alves y que esta situación es en parte un vestigio de otras previas. Pero es hora de cambiar, y de hacerlo ya. Se viene Tigre, pero después se viene River. Y es impensable tratar de imaginar las consecuencias de perder ese clásico de local. Así que a ponerse las pilas, movete Boca movete, ¡movete y dejá de joder!

¡A la perinola!

Vélez Sarsfield 4 - Boca Juniors 4

Vamos a empezar con un dulce: Martín Palermo anotó su gol número 218 en Boca y alcanzó a Roberto Cherro como máximo goleador en la historia del club. Sin embargo, la fiesta no fue completa porque volvimos a empatar un partido aun habiendo convertido cuatro goles y estando 3-1 arriba en el marcador. La pregunta del millón, ¿qué tiene que hacer Boca para ganar?
La cosa no arrancó nada bien. Durante los primeros 35 minutos Vélez fue amo y señor del encuentro y justificó claramente la victoria parcial por 1-0. Pero a Boca le alcanzó con 10 minutos para dar vuelta el partido y terminar a puro toque la etapa inicial. El empate transitorio lo anotó Monzón y la ventaja parcial llegó de los pies de Palermo, tras gran pase de Riquelme. El propio Titán había marrado un penal cuando el xeneize estaba abajo en el score, pero este gladiador de mil batallas lejos de caerse pudo darse el gusto de lograr el record unos minutos después.
El complemento empezó a pedir de Boca. Pocos minutos habían pasado hasta que Gaitán anotó el tercer tanto boquense, pero luego, lejos de parecer un partido cocinado la sensación que viví es que a cada momento se nos venía la noche porque Vélez se venía con todo y Boca estaba totalmente replegado en su campo. Pese al 3-1, los fortineros estaban más cerca del empate que del descuento y empezaron a perderse un gol tras otro. A mi juicio, el partido pedía un claro cambio: Jesús Méndez en lugar de Prediger como volante central. Pero el técnico no lo vio.
Silva anotó el descuento velezano y a los pocos minutos el Burrito Martínez puso el empate transitorio. Y digo transitorio porque cerca del final el propio Silva volvió a facturar tras una floja respuesta de Javier García, que si bien tapó muchas pelotas difíciles, sigo insistiendo que no tiene el nivel para atajar en la primera de Boca. Pero como ¿premio? consuelo, sobre el cierre Gary Medel selló el empate e hizo que Boca dejara dos puntos en Liniers en lugar de los tres.
Pasamos de un 3-1 a favor a un 4-3 en contra. ¿Increíble? No, previsible. Porque este Boca es una perinola, una tómbola donde lo único estable es su inestabilidad. Podemos ser goleados por el último y a la fecha siguiente bailar al puntero. Así es. Estamos muy lejos de la punta pero tenemos más plantel que la mayoría de los equipos, con lo cual si ganamos varios partidos seguidos nos queda una mínima esperanza de prendernos en la lucha. Pero seamos realistas: para eso hay que ganar. Y para campeonar hay que defender bien. ¿Podemos salir campeones? Sí. Pero hoy por hoy tenemos que pensar más en ganar y engrosar nuestro promedio, porque con tantos goles en contra nos anclaremos en la mitad de la tabla.