Que la sigan mordiendo

Boca Juniors 2 - River Plate 0

Actitud, por no decir pelotas. Eso puso el xeneize para quedarse con el clásico y darnos una alegría enorme entre tantos bajones. Mi gratitud a los muchachos que hoy parecieron entender el mensaje: no importaba el fútbol ni los modos, sino ganar o ganar. Boca fue un manojo de 11 pares de huevos en cancha; River, un rejunte de 11 webones. Y nunca más apropiado este último adjetivo, porque si algo tuvo este superclásico fue un tinte chileno por los dos goles del trasandino Medel. El primero, al empujarla tras un tiro libre de Riquelme. Y el segundo, luego de una hermosa jugada colectiva en la que participaron Monzón y Gaitán.
Pero para ser coherente con mi mensaje, hoy no voy a hablar de fútbol sino de actitud. Boca superó a los plumáceos en todos los sectores del campo. Los boquenses ganaron cada pelota dividida, pelearon todas y corrieron como nunca. Es verdad que tal vez no tuvimos muchas situaciones, pero el partido pareció controlado en todo momento, aún cuando expulsaron a Gary Medel, héroe de esta tarde de jueves.
Luego de este coctel de mayonesa (puro huevo), llegó el final anhelado: "Chau riBer".

La 12 cantó:
Y ya lo ve,
y ya lo ve,
el que no salta,
se va a la B.

Para el final, me reservo el postre. Una de cal y una de arena.
¿La mala? Hubiera sido la cereza de la torta si Palermo marcaba su gol 219 justo contra las gallinas. Pero lo importante era ganar.
¿La buena? Ver que todo volvió a la normalidad. Ganamos de local, atendimos a nuestros hijos y vimos a la Muñeca Gallardo morder al chileno Medel. Wow, ¡qué rudeza! Arañazos y mordiscones son sólo una parte del repertorio de este auténtico macho de barrio.
En fin... ¡Que la sigan mordiendo! ¿Y Ortega? ¡Que la siga mamando!