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Campeón de Boca

domingo, marzo 30, 2014

De Néstor y la Década Ganada

Boca Juniors 1 - River Plate 2

El título resume de lo que hablaré en esta nota. Y créanme amigos, no se trata de política. Aunque en esta historia hay ladrones e inoperantes, tal como ocurre en dicho submundo. De lo que les voy a hablar es de Néstor (Pitana), un delincuente con silbato y traje de árbitro que con sus robos terminó con la Década Ganada (10 años sin derrotas superclásicas en la Bombonera). ¡Y pensar que nos quejábamos de Lunatti! Pero no sólo hay ladrones en esta película; también están los inoperantes (caso Gigliotti, que hoy fue más inofensivo y perro que el propio Lassie). Pero vayamos despacio...
Boca fue mucho más que River en el primer tiempo y el 0-0 parcial fue un castigo a la ineficacia en el área rival. El Burrito Martínez tuvo dos muy claras y Gigliotti estuvo siempre a contramano del equipo, lento y con poco olfato goleador para aprovechar alguna de las muchas jugadas que dispuso.
En el complemento fueron los plumáceos quienes arrancaron mejor y lucieron más frescos que los xeneizes (de gran desgaste en la etapa inicial en una cancha muy pesada por la lluvia previa). Lanzini abrió el marcador tras una jugada que arrancó con una posición adelantada de Teo Gutiérrez, ignorada por Pitana y sus secuaces (los jueces de línea). La incógnita era ver cómo reaccionaría Boca, y créanme que lo hizo de la mejor manera. Cuando Ramón Díaz se aprestaba a meter a un mediocampista por Teo (y bueno, son un equipo de la B), justó llegó la falta a Martínez y el estupendo tiro libre de Riquelme. ¡Golazo!
Parecía el momento de Boca; el equipo jugaba mejor, dominaba las acciones y tenía más vocación ofensiva. Con la salida de Riquelme parecía que el 1-1 estaba grabado, pero a 5 minutos del final Pitana cobró un inexistente tiro de esquina a favor de River, de donde vino justamente el gol del triunfo gallina. No se puede obviar, claro está, la pésima salida de Orión en el centro. Pero lo fáctico es que, si el juez cobraba saque de arco como correspondía, el gol plumáceo no llegaba (ni tampoco el yerro de nuestro arquero).
Cuesta y duele analizar este partido. Era un superclásico, de local, con nuestra gente, y lo perdimos. Pero curiosamente, debe ser uno de los partidos donde más situaciones de gol creamos, dominamos al rival en muchos pasajes y "casualmente" los dos goles que nos anotaron fueron ilegales. Más que la lejanía de la punta (seguimos a 6 puntos pero con casi todos los equipos arriba nuestro) me duele perder contra los plumáceos. Porque la verdad, por cómo se dio el partido, hoy estaba para ganarlo sin despeinarse.
A favor, el nivel de juego, y las actuaciones de Insúa (atacando) y Román. En contra, el resultado, el yerro de Orión y el pésimo partido de Gigliotti.
Habrá revancha pronto: el miércoles contra Rosario Central. Y si lo que les preocupa son las cargadas en la oficina, sólo contesten con una letra: "B".

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