Un Boca sin brillo cosechó un empate opaco
Boca Juniors 1 - San Martín (San Juan) 1
Otra floja actuación y dos puntos importantes que quedan en el camino. El presente xeneize es preocupante, y hoy nuevamente se vio a un equipo opaco que no supo aprovechar la superioridad numérica para vencer a un rival que, a priori, se mostraba como accesible.
El primer tiempo de Boca fue flojo y el gran protagonista fue el Flaco Schiavi. Primero, porque convirtió el penal con el que los sanjuaninos se pusieron en ventaja: luego, porque tuvo el empate en sus pies desde los doce pasos pero remató su penal afuera; y finalmente, porque con el amor propio que lo caracteriza se asomó al área rival y empató el partido con un inusual remate desde afuera del área. ¿Los sanjuaninos? Una llegada, penal y a cobrar. Pero el primer tiempo les dejó una huella, o mejor dicho, un hombre de menos.
Boca tuvo todo el segundo tiempo para aprovechar el hombre de más y lograr el ansiado triunfo. De movida, Falcioni metió mano al banco y salieron Rivero y Somoza (ambos, de muy flojo rendimiento) para cederle el lugar a Chávez y Paredes. El conjunto xeneize buscó durante todo el complemento, muchas veces con más empuje que fútbol, pero jamás pudo encontrarle la vuelta al partido. Orión fue un espectador de lujo; los laterales fueron siempre al ataque y Viatri jugó como para voltear a Falcioni (¿ironía o realidad?).
Una vez consumado el empate el estadio explotó en un grito de bronca: "Riquelmeeeee". ¿Mensaje para Falcioni? Probablemente. Pero también los dirigentes y muchos jugadores deben levantar el tubo y atender, la concha bien de la lora. Esto es Boca, y Boca está por encima de todo y de todos. Si un jugador está en un nivel flojo, al banco o a la reserva. Y si alguno no pone lo que hay que poner para perjudicar al técnico de turno, al paredón.
Otra floja actuación y dos puntos importantes que quedan en el camino. El presente xeneize es preocupante, y hoy nuevamente se vio a un equipo opaco que no supo aprovechar la superioridad numérica para vencer a un rival que, a priori, se mostraba como accesible.
El primer tiempo de Boca fue flojo y el gran protagonista fue el Flaco Schiavi. Primero, porque convirtió el penal con el que los sanjuaninos se pusieron en ventaja: luego, porque tuvo el empate en sus pies desde los doce pasos pero remató su penal afuera; y finalmente, porque con el amor propio que lo caracteriza se asomó al área rival y empató el partido con un inusual remate desde afuera del área. ¿Los sanjuaninos? Una llegada, penal y a cobrar. Pero el primer tiempo les dejó una huella, o mejor dicho, un hombre de menos.
Boca tuvo todo el segundo tiempo para aprovechar el hombre de más y lograr el ansiado triunfo. De movida, Falcioni metió mano al banco y salieron Rivero y Somoza (ambos, de muy flojo rendimiento) para cederle el lugar a Chávez y Paredes. El conjunto xeneize buscó durante todo el complemento, muchas veces con más empuje que fútbol, pero jamás pudo encontrarle la vuelta al partido. Orión fue un espectador de lujo; los laterales fueron siempre al ataque y Viatri jugó como para voltear a Falcioni (¿ironía o realidad?).
Una vez consumado el empate el estadio explotó en un grito de bronca: "Riquelmeeeee". ¿Mensaje para Falcioni? Probablemente. Pero también los dirigentes y muchos jugadores deben levantar el tubo y atender, la concha bien de la lora. Esto es Boca, y Boca está por encima de todo y de todos. Si un jugador está en un nivel flojo, al banco o a la reserva. Y si alguno no pone lo que hay que poner para perjudicar al técnico de turno, al paredón.
Etiquetas: Torneo Inicial 2012
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