Muito obrigado

Fluminense (Brasil) 3 - Boca Juniors 1

¡Gracias, muchas gracias Boca! Gracias por dejar todo en la cancha como nuestra historia manda. Gracias por transpirar sangre. Gracias por ir al frente y darle un baile de novela a los brazucas en el Maracaná (aunque el resultado no se dio por enterado). Gracias por dejar pálidos a los más morochos del Flu. Gracias por el silencio sepulcral de los locales en su mítico estado. Y gracias por hacer que esté tan orgulloso de ser bostero.
El fútbol es fútbol. Otra cosa no se me ocurre para explicar cómo un equipo que fue ampliamente superior en ambos partidos (en el global y en cada uno de ellos) no pasó la llave. Al margen de errores puntuales en la serie, esta noche la suerte estuvo 100% del lado carioca. En el arco de Migliore, un rebote fortuito derivó en un gol en contra. ¡Mucha mala suerte! En la otra meta, el caprichoso balón pegó en el travesaño, lo sacaron de la línea o siempre buscó las manos del endeble portero local. ¡Toda la suerte del mundo!
Del partido ya no dan ganas de hablar. El primer tiempo fue todo del xeneize, quien avasalló a su rival y lo metió en un arco. Pero... las dos o tres situaciones de gol no las pudimos convertir. Y si fue bueno lo del arranque, lo del complemento fue mejor. Boca llegó a ponerse en ventaja a los doce minutos tras un cabezazo de Palermo. Pero unos minutos después el Flu empató gracias a la exquisita pegada de Washington en un tiro libre. Para colmo de males, la (mala) suerte dijo presente y los brasileros se encontraron con un 2-1 totalmente fortuito. El xeneize fue y fue y tuvo varias claras para empatar y forzar los penales. Pero en tiempo de descuento, en pleno momento de matar o morir, esta vez a Boca le tocó sucumbir.... ¡pero de pie!
Ahora, a todos los hinchas no nos queda más que agradecer de todo corazón la entrega de este grupo (jugadores, cuerpo técnico y dirigentes). Y permítanme una reflexión para el final. Sabido es que a Boca todo el mundo le envidia muchos de sus logros. ¿Pero saben qué? Aunque nunca lo reconozcan, los anti-Boca hoy nos envidiaron en la derrota. Sí, no estoy loco. ¿¡A cuántos les gustaría perder como perdimos hoy!? A muchos, créanme. Si al xeneize lo hicieron tan grande sus éxitos (entre varias cosas más), la derrota de esta noche, por su forma, lo hace más gigante aún.