Chau 2012. ¿Chau Falcioni?

Boca Juniors 2 - Godoy Cruz 1

Uff, qué difícil titular esta nota. No sé por dónde arrancar a escribir, porque pese a ser el partido de cierre del año con un xeneize que no pelea por nada, este encuentro dejó mucha tela para cortar.
Para empezar, fue una tarde especial por el regreso a la Bombonera de Palermo y el Pato, dos baluartes de aquel Boca dorado que ganó todo lo que uno pueda soñar. ¡Pero también fue el partido de despedida del Flaco Schiavi, un grande de verdad! Podría apuntar mis cañones (o mi teclado) a la sorprendente reacción de parte del público xeneize contra Falcioni, quien de ninguna manera se merece los insultos recibidos. O finalmente, podría hablar del partido en sí, donde vencimos agónicamente (y jugando nuevamente mal) a un conjunto siempre adverso para nuestra escuadra.
En fin, hablaré de todo, pero empezaré con el fútbol, que otra tarde dijo ausente. Boca no llegó nunca durante el primer tiempo, la gente explotó en el entretiempo y para colmo a los 15 del complemento una mala salida de Orión le permitió a Cooper poner en ventaja al conjunto tombino. La Bombonera era una caldera pero por suerte sólo pasaron cuatro minutos hasta que  Pol Fernández anotará su primer gol como profesional y empatara las acciones (ay, Silva, ¡qué gol te comiste!). El xenieze tuvo más ambición y en el último minuto de descuento Nicolás Blandi aseguró los tres puntos en casa.
¿Fin de la nota y mensaje navideño? No amigos, lean que hay más.
La renovación o no de Falcioni está en el tapete. Yo creo que el ciclo está cumplido, pero Julio debe irse por la puerta grande. Este cuerpo técnico consiguió de manera magnífica e invicta el Torneo Apertura 2011 y la Copa Argentina 2012, además de llegar a la final de la Copa Libertadores 2012 y armar un buen colchón de puntos. ¿O la plata le tapó el cerebro a ese puñado de plateístas que lo puteaba como si fuera un traidor?
Insisto, no creo que se deba renovar el vínculo con Falcioni y compañía por un tema de desgaste, pero JC se debe ir por la puerta grande con los bosteros dándole las gracias, como a todo aquel que trabajó y logró títulos con estos colores.
Y para el final, otro GRACIAS con mayúsculas, esta vez, al Flaco Schiavi. Rolando fue un verdadero titán que defendió la camiseta del club de sus amores como lo haría cualquiera de nosotros. Nunca olvidaré cuando jugaste con apendicitis, hermano. ¡Gracias Flaco, gracias por tanto!