¡Boca campeón, carajo!
Boca Juniors 3 - Banfield 0
¡Vamos carajo! Sí, a gritarlo bien fuerte: ¡CAMPEONES! Consumada la victoria por 3-0 ante el Taladro (merced a los tantos de Cvitanich por duplicado y al golazo de Diego Rivero), hoy podemos dar rienda suelta al carnaval y festejar un nuevo título local.
No jodan más con el tema de si Boca es vistoso o no: a vender humo a otra parte. Nos consagramos campeones invictos, dos fechas antes del final del torneo, llevando (al día de hoy) 11 puntos de ventaja y con serias chances de ser el equipo que se corone con menos goles en contra y quizás con mayor diferencia de puntos sobre el segundo.
¿Qué cambió del último semestre a este presente tan opuesto? Seguramente muchas cosas. Para empezar, se nota una armonía en el grupo y unas ganas de pelearla como hacía tiempo no veíamos. Además, se sumaron jugadores de experiencia como Orión y Schiavi, quienes junto a Román, Battaglia, Clemente y compañía supieron oficiar de referentes para los más pequeños. Y por último, Falcioni pareció encontrarle la vuelta a este engranaje casi perfecto que hoy es el conjunto auriazul.
Si repasamos nombres propios, podemos destacar a Orión por su oficio y la seguridad que le transmitió al fondo boquense. Schiavi fue probablemente el mejor refuerzo, ya que además de romperla a sus 38 años, apuntaló a otros buenos jugadores como Insaurralde o Roncaglia. Somoza y Rivero fueron unos pac-man y se comieron el mediocampo, corriendo, luchando y transpirando la camiseta como manda nuestra historia. Clemente tuvo un torneo excepcional (nada nos sorprende; es uno de los mejores laterales del país). Cvitanich, cuando jugó, demostró que no le pesa nada la casaca xeneize. Erviti se puso el overol y realizó un trabajo de hormiga, jugando cuando se podía y cubriendo las espaldas de Clemente cuando éste se mandaba al ataque. Román, siempre fue Román (se lastimó, pero cuando jugó marcó la diferencia). Y arriba, al que pusieron, rindió.
Boca no es un campeón más. ¡Es un campeonazo! Así que a festejarlo como si se acabara el mundo, porque campañas como estas no se verán por lustros. ¡Salud campeón!
¡Vamos carajo! Sí, a gritarlo bien fuerte: ¡CAMPEONES! Consumada la victoria por 3-0 ante el Taladro (merced a los tantos de Cvitanich por duplicado y al golazo de Diego Rivero), hoy podemos dar rienda suelta al carnaval y festejar un nuevo título local.
No jodan más con el tema de si Boca es vistoso o no: a vender humo a otra parte. Nos consagramos campeones invictos, dos fechas antes del final del torneo, llevando (al día de hoy) 11 puntos de ventaja y con serias chances de ser el equipo que se corone con menos goles en contra y quizás con mayor diferencia de puntos sobre el segundo.
¿Qué cambió del último semestre a este presente tan opuesto? Seguramente muchas cosas. Para empezar, se nota una armonía en el grupo y unas ganas de pelearla como hacía tiempo no veíamos. Además, se sumaron jugadores de experiencia como Orión y Schiavi, quienes junto a Román, Battaglia, Clemente y compañía supieron oficiar de referentes para los más pequeños. Y por último, Falcioni pareció encontrarle la vuelta a este engranaje casi perfecto que hoy es el conjunto auriazul.
Si repasamos nombres propios, podemos destacar a Orión por su oficio y la seguridad que le transmitió al fondo boquense. Schiavi fue probablemente el mejor refuerzo, ya que además de romperla a sus 38 años, apuntaló a otros buenos jugadores como Insaurralde o Roncaglia. Somoza y Rivero fueron unos pac-man y se comieron el mediocampo, corriendo, luchando y transpirando la camiseta como manda nuestra historia. Clemente tuvo un torneo excepcional (nada nos sorprende; es uno de los mejores laterales del país). Cvitanich, cuando jugó, demostró que no le pesa nada la casaca xeneize. Erviti se puso el overol y realizó un trabajo de hormiga, jugando cuando se podía y cubriendo las espaldas de Clemente cuando éste se mandaba al ataque. Román, siempre fue Román (se lastimó, pero cuando jugó marcó la diferencia). Y arriba, al que pusieron, rindió.
Boca no es un campeón más. ¡Es un campeonazo! Así que a festejarlo como si se acabara el mundo, porque campañas como estas no se verán por lustros. ¡Salud campeón!
Etiquetas: Torneo Apertura 2011
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