Otra vez Cellay

Gimnasia 2 - Boca Juniors 2

Casi evocando al viejo ciclo de Canal 11, se puede decir que hoy fue un verdadero sábado de súper acción. Cinco partidos en simultáneo con mucho en juego: descensos, promociones e ingresos a la Sudamericana. Para agregarle más condimentos a la jornada, fue el último partido de Palermo y, en función de una combinación de resultados que no se dieron, pudo ser el último de Guillermo. Y como si todo esto fuera poco, la chance histórica de que los plumáceos jugaran por primera vez en su historia la Promoción para no bajar a la B.
A juzgar por cómo Boca arrancó el partido, cualquier malpensado diría que los jugadores xeneizes hicieron todo lo posible para no amargarle la despedida a Guillermo. Iban poco más de 10 minutos y ya el Lobo estaba 2-0 arriba merced a un tiro libre de Graf y a un penal convertido por el propio Mellizo. Pero el fútbol tiene cosas mágicas, porque antes de irnos al descanso el descuento boquense llegó de la cabeza de Cellay, un ex Estudiantes pero sobre todo un ex Huracán (estando el Globo peleando punto a punto el descenso con Gimnasia).
Ya en el complemento no hubo mucho espacio para las emociones excepto hasta el mismísimo cierre. Con casi 3 minutos de adición, en la última bola del partido llego un tiro libre en forma de centro al área para que Palermo, en su última intervención como profesional, le bajara la pelota a Cellay y éste anotara su segundo tanto para decretar el empate final. Una igualdad que al Lobo lo obliga a jugar un partido extra con el Globo para allí dirimir descenso directo y promoción.
Pero esto no termina acá. Porque si bien las emociones sobraron en esta jornada a puro fútbol, hay un detalle que no pude pasar por alto. Boca no jugará la Sudamericana porque la única chance de hacerlo era obtener un triunfo y luego esperar algunos resultados.
Al margen de lo que digan los números y las matemáticas, Boca apenas cerró el año un poco menos peor de lo que lo empezó. No peleamos el campeonato, no entramos a la Sudamericana y si bien ganamos el superclásico no podemos conformarnos con esos 3 puntos o con festejar la desgracia ajena (que ya habrá tiempo para celebrar).
¡Esto es Boca! No nos acostumbremos a equipos (dirigentes, técnicos y jugadores) que no pelean cosas importantes, porque más triste que extrañar épocas de gloria sería acostumbrarnos a épocas de intrascendencia.