Cata la gloria

Gimnasia y Esgrima (Jujuy) 1 - Boca Juniors 2

¡Oro! Así valen los puntos que se trajo Boca de Jujuy jugando, tal vez, uno de los partidos más flojos en lo que va del torneo.
La fecha arrancó el viernes con una nueva modalidad (esperemos que muy provisoria): sin hinchas visitantes y sólo con locales socios o abonados. ¡Una aberración! Y el colmo de los colmos: la fecha de hoy estuvo a punto de suspenderse por motivos que vaya uno a imaginar. Encima, el sábado Estudiantes había logrado una agónica victoria en Rosario sobre Ñuls, con lo cual los jugadores xeneizes tenían toda la presión sobre sus hombros.
Con el Guille descartado por lesión, La Volpe no pudo repetir el tridente ofensivo, y arriba la dupla volvió a ser Palacio-Palermo. Ya en los primeros minutos se pudo ver que el partido sería bastante abierto; los locales venían de un par de victorias consecutivas y los xeneizes no podíamos perder puntos en el camino.
Con el transcurso de los minutos, Boca perdió el balón y los jujeños se venían con todo, conviertiendo en figura a Bobadilla. Pero a los 26 minutos, una gran jugada colectiva (quizás la única en esa mitad) culminó con un fabuloso remate de Neri Cardozo para establecer el 0-1. Ese parecía ser el resultado final del primer tiempo, pero en el descuento lo empató el Lobo. 1-1.
Los segundos 45 minutos prometían más emociones... ¡y vaya que así fue! Porque nuevamente Boca no se encontraba con su fútbol, los locales estaban más precisos y ambos equipos buscaban los tres puntos. De hecho, para el arranque de esta mitad, La Volpe dispuso el ingreso del Chelo Delgado por Cahais, y luego fue el turno de Franzoia por Ledesma. Boca se decidió a arriesgar y tuvo su premio: luego de un foul a Gago, terrible fierrazo del Cata Díaz para volver a anotar de tiro libre.
De allí en más, y al carecer de un buen juego colectivo y jugadas de peligro, Boca empezó a cuidar con inteligencia el resultado, aunque mucho tuvo que ver en ello la buena tarde de Aldo Bobadilla. Al DT boquense tampoco le tembló e pulso y agotó los cambios con el ingreso de Maidana por Palacio para cuidar el resultado sobre el final.
El pitazo de Pezzota trajo suspiro y la tranquilidad de haber sorteado un duro escollo. Ahora quedan tres finales, dos de las cuales se jugarán como local. Y si los jugadores xeneizes mantienen esta actitud, recuperan algo de juego y desde afuera no tratan de sabotear el torneo, el sueño del tricampeonato está mucho más cerca.