Pena máxima

Boca Juniors 2 - Nacional (Uruguay) 1

El bicampeón de la Copa Sudamericana ya no podrá llegar al tri. Pese a revertir el partido y sobreponernos a un gol de visitante, la victoria por 2-1 nos condenó a los penales.
Primero, hay que decir que Boca jugó mal. Muy mal. Nuevamente, la defensa se mostró insegura y muchos jugadores no parecieron cómodos en sus nuevos roles y posiciones dentro de la cancha. El medio ya no controla el balón como antes, los ataques no sorprenden a nadie, la salida desde el fondo es tan riesgosa como previsible, y así podemos seguir. La Volpe logró en muy pocos partidos algo nefasto: que un equipo que parecía invencible (y jugaba como tal) sea totalmente vulnerable.
El gol de Nacional llegó luego de un largo pelotazo a espaldas de los centrales, y nuevamente Bobadilla tuvo una salida poco feliz. Iban tan solo 15 minutos, y para pasar de ronda teníamos que convertir 3 goles (o 2 para ir a los penales).
El primer tiempo xeneize fue muy pobre, pero sobre el final, un planchazo criminal de Godin dejó a los uruguayos con uno menos. ¡Era la chance de Boca!
En la segunda mitad el equipo salió decidido a vender cara la derrota. Había que remontar el 0-1 como fuera. A los 10 minutos, Palacio estampó el 1-1 y todo parecía encaminarse, ya que los uruguayos cada vez se refugiaban más cerca de su arquero. De allí hasta casi el final del partido, todo fue un monólogo bostero... pero faltaba claridad. Con más empuje y amor propio que fútbol, los muchachos fueron una y mil veces, y casi siempre se toparon con la figura de la cancha: el arquero visitante. Pero un error del portero a 5 minutos de final le permitió a Bertolo poner el 2-1. Quedaban menos de 10 minutos para conseguir el tercer gol que nos diera el pasaje a cuartos, pero no pudo ser: ¡penales!
Empezó el Guille, con un buen remate elevado. Pero luego erraron Krupoviesa, Morel Rodríguez y Gago, y el sueño del tricampeonato quedó trunco. Boca cayó 1-3 desde los 12 pasos y adiós.
Como positivo, vale rescatar la entrega de los jugadores: como siempre, pusieron el alma. Lo negativo está en el banco xeneize: La Volpe, yo te banco y te voy a dar tu chance, pero a veces es mejor no ser terco, olvidarse de los "huevos" propios y cambiar a tiempo. Por lo menos, ahora estás a tiempo.