A llorar a Liniers

Boca Juniors 3 - Vélez Sarsfield 2

Ya lo dice el viejo refrán: "a llorar a la iglesia". Así que aprovechen la que tienen en su barrio, muchachos fortineros.
El de hoy, partido difícil de explicar si los hay. En realidad, fueron dos partidos en uno: un encuentro en el primer tiempo, y otro totalmente distinto en el segundo. Pero por suerte y actitud, el resultado global fue nuevamente el mismo: victoria de la B larga sobre la V corta.
El primer tiempo no arrancó bien jugado por ninguno de los dos equipos. Boca intentaba salir jugando desde abajo, con pelota al piso; pero la visita aprovechaba para presionar bien adelante y ensuciar el traslado xeneize.
Las primeras ocasiones de gol fueron para Boca: Cardozo tuvo un par y Palacio no pudo definir por arriba de Sessa. Pero el primer gol lo marcó Vélez: corner desde la derecha y cabezazo de Pellegrino para vencer a Bobadilla. La visita ya era más, dominaba el balón, presionaba y Boca no llegaba nunca. Palacio y Palermo eran espectadores de lujo. Y así fue que el segundo tanto visitante no se hizo esperar: nuevamente de pelota parada, pero esta vez, con serias fallas defensivas al querer tirar el fuera de juego. Y para colmo de males, una injusta expulsión a Krupoviesa por un supuesto codazo que sólo Baldassi vio.
Peor no podía ser el panorama para irse al descanso. 0-2 de local y con un hombre menos. Y allí aparecieron los primeros silbidos para La Volpe. A decir verdad, fueron muy pocos y llegaron desde la platea, porque los verdaderos hinchas de Boca estamos acostumbrados a tener mucha más paciencia que otras parcialidades.
Con el segundo tiempo nació otro partido. En realidad, hubo una jugada que viró el rumbo del encuentro: la roja a Cubero. De allí en más, 10 contra 10, el xeneize puso lo que había que poner y se agrandó. Y mucho tuvieron que ver los cambios de La Volpe. Franzoia por Calvo, para ganar presencia ofensiva y más desequilibrio, y Dátolo por Cardozo para renovar aire y piernas.
De a poco, Sessa se fue convirtiendo en el sostén de su equipo. Ya en el final del primer tiempo le había sacado un cabezazo bárbaro a Palermo, y ahora repitió una buena atajada (con la ayuda del travesaño) sobre Martín, y le tapó una pelota bárbara a Palacio. Pero Boca iba, e iba, y tuvo su premio: golazo de Gago. ¡El primero en su carrera y no podía llegar en mejor momento!
Vélez parecía achicado... y en realidad lo estaba. Minutos después, luego de una enorme maniobra de Morel Rodríguez, Palacio estampaba el empate. 2-2.
Quedaban 15 minutos y un equipo no se conformaba con la igualdad: Boca. Y tanto coraje tuvo su premio: a falta de 2 minutos, Gago le puso un exquisito pase a Ledesma, para que el cordobés le baje el balón a Palacio y éste selle el definitivo 3-2. ¡Locura en La Boca y a llorar a Liniers!
Nuevamente, el equipo apareció cuando las papas quemaban y demostró que la mística y el hambre de gloria están intactos. Pero habrá que corregir muchos errores, sobre todo defensivos, para allanar el camino hacia la triple corona.