Boleto a la final

Universidad Católica (Chile) 0 - Boca Juniors 1

¡Otra noche copera llena de magia y mística que engrandece nuestra historia! Todos nos daban por muertos: los periodistas, los rivales, los anti-Boca. Pero no, Boca ganó en Chile y sacó pasaje para México, donde disputará en fecha a confirmar a los Pumas de la UNAM en la primera final de la Copa Sudamericana versión 2005.
Con esto del gol de visitante, muchos sacaban cuentas. Pero el xeneize hizo lo que debía: salir a ganar. Desde el pitazo inicial Boca se llevó por delante al rival, y lo obligó a replegarse en su campo por casi toda la primera mitad. El equipo presionaba en todos lados, manejaba la pelota y creaba algunas situaciones de gol, siendo la más clara el remate de Palacio en el travesaño.
Casi al final del primer tiempo la Católica emparejó un poco las acciones y dividió un poco la posesión del balón.
El segundo tiempo arrancó más parejo; parecía que Boca estaba sintiendo el esfuerzo de la primera mitad y el cansancio acumulado. Pero la actitud era la misma: trabar cada pelota como si fuera la última, arriesgar e ir hacia adelante. En un momento Boca tenía a casi todo el fondo con tarjeta amarilla.
En el peor momento de Boca (léase, cuando el partido era realmente parejo), vino un centro llovido de Ibarra que Palermo bajó para la entrada de Insúa, quien habilitó a Schiavi y marcó el único tanto de la noche con un formidable rodillazo. ¡Es que había que hacer el gol a lo Boca: como sea!
Ahí vino el momento de aguantar, y quizás nos replegamos más de la cuenta por no haber acertado alguna de las contras que tuvimos.
Pero llegó el final... ¡el final para los chilenos! Porque Boca sigue en carrera, y cada vez falta menos para la recta final. Y ahí, se sabe, podremos ganar dos torneos, uno o ninguno. Son las reglas del juego. Pero lo que no podremos, sea cual sea el desenlace, es reprocharle algo a estos jugadores que son bien dignos que vestir la azul y oro.