Los tres a la final

Boca Juniors 3 - Colón 2

Y se dio, nomás. Ganaron Boca, Tigre y San Lorenzo y el apasionante Torneo Apertura 2008 se definirá con un triangular.
En lo que fue un partido no apto para cardíacos, el xeneize sufrió mucho más de la cuenta para garantizar los tres puntos que nos dieron el pasaporte a la definición del campeonato. Porque en el primer tiempo el trámite era sencillo y la pizarra marcaba un 3-0 para el local. Pero Colón descontó sobre el final de la etapa inicial y al inicio del complemento, y los hinchas tuvimos los huevos en la garganta por más de 40 minutos. Pero bueno, victoria al fin.
De arranque parecía estar todo a pedir de Boca. Colón salió a defenderse pero dejaba enormes huecos en la banda. Además, Riquelme andaba como pancho por su casa. Por eso no extrañó que en pocos minutos la historia se empezara a sellar con goles. El primero de Luciano Figueroa, quien anotó tras una volea de aire. Luego de una preciosa pared apareció Román para picarla ante la salida del arco y poner el 2-0. La Bombonera era una fiesta. Y el tercero fue nuevamente de Lucho Figueroa, quien empujó un centro con su humanidad ante la fallida salida del arquero sabalero. Boca estaba más cerca del cuarto que de recibir un descuento, pero sin embargo Javier García calculó mal su salida en un centro, Valdemarín cabeceó en el palo y del rebote llegó el tanto de Colón gracias a un remate cercano al área grande. Irse al descanso solamente dos goles arriba fue mucho castigo para el xeneize.
En el segundo tiempo las cosas no arrancaron de la mejor forma. Primero Valdemarín avisó con un cabezazo en el travesaño. En la segunda que tuvo, no perdonó. Pero más que por mérito del atacante del conjunto santafesino el gol llegó por un nuevo error del juvenil arquero xeneize, quien descolgó mal un centro y le sirvió la anotación al delantero visitante.
De allí hasta el pitazo final el partido fue un film de suspenso, drama y mucha acción. Porque Boca salió con todo a liquidar el pleito, pero Colón metía miedo con cada contra. Sobraron oportunidades para sentenciar las acciones, pero faltó justeza, tranquilidad y algo de fortuna. Ibarra (de enorme partido) tuvo un par de chances netas. También pudo ser de Riquelme, Gaitán (ingresó en el complemento), Dátolo (en realidad marcó un gol que no fue convalidado por el asistente por un supuesto off side inexistente) o Figueroa, pero no hubo caso.
Ahora es a todo o nada. Preocupa y mucho la frágil defensa boquense, sobre todo por el lado del arquero o por el lateral izquierdo, ya que Ischia se empecina en no usar a un número 3. Pero bueno amigos, así llegamos a esta instancia y así deberemos superarla: remándola como lo venimos haciendo todo el semestre.