Marche una calculadora

Atlas (México) 3 - Boca Juniors 1

Calculadora científica, $65. Pastillas para el corazón, $150. Regalar tres goles que nos dejan al borde del abismo, ¡no tiene precio!
Lo de Boca no tiene nombre. Podemos decir que hicimos méritos para ganar (ni siquiera empatar), y sería cierto. Podemos esgrimir que además tenemos mala suerte, y en parte es verdad. Pero lo que no podemos dejar de remarcar es que, pese a ser uno de los equipos que más situaciones de gol genera en todo el continente, estamos fallando mucho en la definición. Y atrás, somos un desastre. Sí, un DE-SAS-TRE (con mayúsculas).
En el primer tiempo estaba todo a pedir del xeneize. Atlas no llegaba y dominábamos el partido a voluntad. Pero en un tiro de esquina, la defensa de Boca durmió una larga siesta, los mexicanos jugaron corto, le hicieron el dos-uno al defensor boquense (¡faltaba otro defensor allí, muchachos!) y para hacerla redonda, Cáceres la metió en el arco propio (¿se habrá enterado que ahora juega en Boca, y no contra Boca?).
De nuevo, a remontar un resultado adverso. Pero esta vez, el merecido empate llegó pronto, siendo Battaglia el goleador de turno. Y en los minutos siguientes, desperdiciamos goles increíbles. Primero, un contraataque nos dejó en superioridad numérica, pero el tiro de Gracián pasó a milímetros del palo. Luego, Palermo solo solito y solo, desde abajo del arco la tiró afuera (no importa Titán: ¡te banco a muerte!). Resultado parcial: 1-1.
En la segunda mitad, Boca no salió igual y Atlas empezó manejando el partido. El trámite arrancó parejo, pero de una jugada a favor, donde un defensor local la rechazó de milagro en el borde de su área, se terminó gestando una contra letal, la cual fue bien aprovechada por Bruno Marioni (regalito previo de Maidana y media defensa xeneize).
Increíble, otra vez la misma historia. De nuevo a salir a buscar el empate, pero esta vez, empezando a ver de reojo la diferencia de gol.
Un nuevo error en la defensa de Boca gestó el tercer y definitivo gol de Atlas. Pudimos descontar, pero volvimos a fallar en los últimos metros, y otra vez un palo nos dijo no.
Para destacar, las buenas insinuaciones del pibe Chávez, que viene pidiendo pista. Para lamentar, una nueva y decepcionante actuación de la defensa xeneize. ¿Habrá llegado la hora de probar con Roncaglia como central?
Ahora, la clasificación quedó más complicada que nunca y todo el pueblo bostero está sacando cuentas. Si goleamos en el último partido (por una diferencia escandalosa), seguramente estaremos en la próxima ronda. Cuántos goles necesitaremos, recién lo sabremos el jueves luego de Colo Colo vs. Unión Maracaibo. Pero una cosa es segura: de seguir defendiendo como lo estamos haciendo últimamente, deberemos marcar cinco goles por partido o ver la final por TV.