La Boca es bella
Boca Juniors 2 - Olimpo 0
En estos días donde se hablan tantas estupideces y se discute si juega lindo o no un equipo que salió campeón invicto, sacándole 12 puntos de ventaja al segundo (récord en el fútbol argentino), con la menor cantidad de goles en contra en torneos cortos y que no conoce la derrota desde hace 30 partidos, voy a dar mi opinión de lo que es belleza.
Belleza es que al equipo le lleguen poco, y que cuando lo hagan los defensores o el arquero respondan. Belleza es que los delanteros sean los primeros en defender y que los 11 jugadores terminen con la camiseta empapada de sudor. Belleza es tirar un caño o un lujo, pero también correr 50 metros para defender una pelota o tapar las espaldas del lateral que se fue al ataque. Belleza es hacer goles. Belleza es ganar.
Periodistas y futboleros anti-Boca: si quieren espectáculo, vayan al teatro. A los bosteros nos gusta la garra, la entrega y ganar. Y estamos felices.
A rigor de verdad, el de hoy no fue nuestro mejor partido. Olimpo tardó 20 segundos para generar una chance clara de gol. Y con el correr de los minutos, se vio que a Boca le costó acomodarse en la cancha. El trámite de todo el primer tiempo fue parejo, pero a la visita se le notaba más cómoda en el campo de juego. Y justo cuando más oscuro pintaba el panorama, Román nos iluminó con su magia tras un amague y preciso centro para que Mouche le baje de cabeza el balón a Cvitanich y el ex Banfield anote el 1-0. Vale aclararlo, cuando Riquelme lanzó el centro varios xeneizes estaban en off side (¡ya me imagino el llanto plumáceo!).
En el segundo tiempo, y con la ventaja a favor, ya el equipo se mostró más tranquilo. Olimpo tuvo la obligación de salir a buscar el empate y los boquenses encontraron más espacios para sellar el resultado. Y fue nuevamente una genialidad de Román la que dejó a Mouche mano a mano con el arquero para que el delantero definiera en segunda jugada (luego de un rebote afortunado donde el balón le quedó a merced). De ahí en más, se vio lo mejor del equipo. Los mediocampistas empezaron a tocar más el esférico, a hacer circular la pelota para que corra el rival y allí aparecieron espacios que nos permitieron crear nuevas situaciones pero sin tener la suerte de concluirlas en gol.
El 2-0 luce bien, pero hoy no tuvimos una actuación sólida. Sin embargo, se convirtió, se mantuvo el arco en cero, y sobre todo, se ganó en un inicio de campeonato, cosa que no ocurría desde hace tiempo. Así que tenemos motivos para festejar. ¡La Boca es bella, carajo!
En estos días donde se hablan tantas estupideces y se discute si juega lindo o no un equipo que salió campeón invicto, sacándole 12 puntos de ventaja al segundo (récord en el fútbol argentino), con la menor cantidad de goles en contra en torneos cortos y que no conoce la derrota desde hace 30 partidos, voy a dar mi opinión de lo que es belleza.
Belleza es que al equipo le lleguen poco, y que cuando lo hagan los defensores o el arquero respondan. Belleza es que los delanteros sean los primeros en defender y que los 11 jugadores terminen con la camiseta empapada de sudor. Belleza es tirar un caño o un lujo, pero también correr 50 metros para defender una pelota o tapar las espaldas del lateral que se fue al ataque. Belleza es hacer goles. Belleza es ganar.
Periodistas y futboleros anti-Boca: si quieren espectáculo, vayan al teatro. A los bosteros nos gusta la garra, la entrega y ganar. Y estamos felices.
A rigor de verdad, el de hoy no fue nuestro mejor partido. Olimpo tardó 20 segundos para generar una chance clara de gol. Y con el correr de los minutos, se vio que a Boca le costó acomodarse en la cancha. El trámite de todo el primer tiempo fue parejo, pero a la visita se le notaba más cómoda en el campo de juego. Y justo cuando más oscuro pintaba el panorama, Román nos iluminó con su magia tras un amague y preciso centro para que Mouche le baje de cabeza el balón a Cvitanich y el ex Banfield anote el 1-0. Vale aclararlo, cuando Riquelme lanzó el centro varios xeneizes estaban en off side (¡ya me imagino el llanto plumáceo!).
En el segundo tiempo, y con la ventaja a favor, ya el equipo se mostró más tranquilo. Olimpo tuvo la obligación de salir a buscar el empate y los boquenses encontraron más espacios para sellar el resultado. Y fue nuevamente una genialidad de Román la que dejó a Mouche mano a mano con el arquero para que el delantero definiera en segunda jugada (luego de un rebote afortunado donde el balón le quedó a merced). De ahí en más, se vio lo mejor del equipo. Los mediocampistas empezaron a tocar más el esférico, a hacer circular la pelota para que corra el rival y allí aparecieron espacios que nos permitieron crear nuevas situaciones pero sin tener la suerte de concluirlas en gol.
El 2-0 luce bien, pero hoy no tuvimos una actuación sólida. Sin embargo, se convirtió, se mantuvo el arco en cero, y sobre todo, se ganó en un inicio de campeonato, cosa que no ocurría desde hace tiempo. Así que tenemos motivos para festejar. ¡La Boca es bella, carajo!
Etiquetas: Torneo Clausura 2012
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