Cayó en un Pozo

Colón 3 - Boca Juniors 0

Boca lo único que suma son derrotas. La tarde/noche santafecina fue testigo de una nueva y estrepitosa caída en un partido que tuvo de todo. Peleas en el vestuario, errores defensivos, un gol mal anulado y una patada tremebunda son sólo una parte del repertorio que ofreció este encuentro. Pero vayamos despacio.
Boca salió a la cancha con Ayala en la valla, luego de una fuerte discusión entre Javier García y Abel Alves (que decidió excluirlo por bajo rendimiento). De confirmarse los rumores, es inaceptable que un jugador se le plante de tal forma al DT por sacarlo del equipo. Esto es sólo una muestra más del poco respeto que le tuvieron tanto jugadores como dirigentes al Chueco, sin entrar en detalles sobre los propios errores que haya cometido el ¿actual? DT. Con ese clima interno el xeneize salió a disputar un cotejo en una cancha siempre difícil.
Durante muchos pasajes del primer tiempo noté a los jugadores bien metidos, con la actitud y las ganas de remontar el difícil momento. Muchas veces fue Diego Pozo el responsable de mantener invicta la valla sabalera. En otra ocasión, fue el línea quien privó a Boca de un gol absolutamente válido por un off side inexistente. Y también vale aclarar que nos perdimos varios goles. Pero... Cólon atacó a fondo dos veces y la defensa le facilitó dos goles. Ojo, cero responsabilidad de Josué Ayala, a quien considero diez veces más arquero que Javier García.
Ya en el complemento volvimos a ver la pobre versión de Boca que presenciamos desde hace tiempo. Así como me quedé con una sensación de injusticia por el 2-0 parcial en base a lo hecho por ambos clubes en la etapa inicial, debo reconocer que en la segunda parte Colón nos borró de la cancha. Los sabaleros volvieron a dominar a placer, y sólo me queda lamentarme por un gol que pudo haber significado el descuento ni bien comenzó esta etapa.
La frutilla del postre la puso Bonilla, quien no anduvo bien defendiendo pero lo operó sin anestesia a Facundo Bertoglio (autor de dos goles sabaleros) con una patada descalificadora desde donde se la mire. ¿Pero saben qué? Esa patada es lo único que me arrancó una sonrisa sobre el epílogo del partido. Yo no creo en el mal entendido "poner huevos" y hacerse expulsar dejando al equipo con 10 en el medio de un cotejo. Pero a falta de un minuto, 3-0 abajo y con el público local gritando "Ole" ante el tiki tiki de Colón, qué bueno que a un jugador boquense le suba la sangre y reparta a diestra y siniestra en lugar de ser un espectador de lujo. ¡Eso hace falta! Alguien que piense "no tenemos fútbol, pueden tocar y florearse, pero andá a buscar la pierna a la concha de tu madre".
Quizás suene a conformista, pero mi amor por Boca no se reduce a los resultados. No me importa si perdemos los 6 partidos que restan; pero quiero vender cara la derrota, ver a jugadores corriendo y peleando todas, y sobre todo, que se les note que no les gusta perder.