¡Te extrañamos Román!
Gimnasia 1 - Boca Juniors 0
Duró poco el oasis y Boca volvió a la realidad. Pensar en dos victorias seguidas o en triunfar como visitante parece mucho para este opaco presente xeneize. Y si no juega Román, la cosa se hace más cuesta arriba, de eso no hay dudas.
Fue pobre lo de Boca durante todo el encuentro, pese a que pudimos haber empatado si el cabezazo de Marino no pegaba en el poste o si Beligoy cobraba alguno de los tantos penales que le hicieron a Gaitán. ¿Complot? ¿Mala suerte? La verdad, este equipo no necesita que lo tiren al bombo porque se empeña en servirle en bandeja los partidos a los rivales.
Pero se habló mucho en la previa y se seguirá hablando más en la semana de un tema que nos duele mucho a la familia boquense, ya que dos de sus próceres contemporáneos están enfrentados abiertamente. Riquelme y Palermo son dos ídolos, dos indiscutibles, y son parte viviente de la historia de Boca. Son de esos jugadores de los que uno le podrá hablar a los nietos. Por eso nos duele tanto esta situación, aún más que varias de las derrotas de este campeonato. Acá no hay uno bueno y uno malo; el ego de ambos ha generado una situación que parece irreparable. Déjense de joder, enciérrense en una pieza y arreglen sus cosas. Los enemigos tienen que estar de la puerta para afuera, no dentro de la familia xeneize.
A esta altura sólo queda terminar el torneo de la manera más decorosa posible. Se viene San Lorenzo y luego Independiente. ¡Vamos muchachos! Ganemos los dos clásicos y terminemos esta pesadilla con una sonrisa. Esa sonrisa que se merece el verdadero hincha de Boca, el verdadero Jugador Nro 12.
Duró poco el oasis y Boca volvió a la realidad. Pensar en dos victorias seguidas o en triunfar como visitante parece mucho para este opaco presente xeneize. Y si no juega Román, la cosa se hace más cuesta arriba, de eso no hay dudas.
Fue pobre lo de Boca durante todo el encuentro, pese a que pudimos haber empatado si el cabezazo de Marino no pegaba en el poste o si Beligoy cobraba alguno de los tantos penales que le hicieron a Gaitán. ¿Complot? ¿Mala suerte? La verdad, este equipo no necesita que lo tiren al bombo porque se empeña en servirle en bandeja los partidos a los rivales.
Pero se habló mucho en la previa y se seguirá hablando más en la semana de un tema que nos duele mucho a la familia boquense, ya que dos de sus próceres contemporáneos están enfrentados abiertamente. Riquelme y Palermo son dos ídolos, dos indiscutibles, y son parte viviente de la historia de Boca. Son de esos jugadores de los que uno le podrá hablar a los nietos. Por eso nos duele tanto esta situación, aún más que varias de las derrotas de este campeonato. Acá no hay uno bueno y uno malo; el ego de ambos ha generado una situación que parece irreparable. Déjense de joder, enciérrense en una pieza y arreglen sus cosas. Los enemigos tienen que estar de la puerta para afuera, no dentro de la familia xeneize.
A esta altura sólo queda terminar el torneo de la manera más decorosa posible. Se viene San Lorenzo y luego Independiente. ¡Vamos muchachos! Ganemos los dos clásicos y terminemos esta pesadilla con una sonrisa. Esa sonrisa que se merece el verdadero hincha de Boca, el verdadero Jugador Nro 12.
Etiquetas: Torneo Clausura 2010
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