Salvador Palacio

Boca Juniors 1 - Argentinos Juniors 0

Por un fin de semana, los hinchas de Boca tenemos que rebautizar a Rodrigo. Y el técnico, agradecer la habilidad de este joven bahiense que lo salvó de una ruidosa silbatina. Le duela a quien le duela, la gente no come vidrio y sabe que si hay un responsable de este Boca irregular, es justamente el DT (¿o acaso no hay plantel para jugar mejor?).
Para empezar, déjenme decirles que Boca ganó con total justicia. No sobró fútbol ni faltaron errores defensivos, pero el equipo fue siempre al frente y mostró una gran actitud para buscar el triunfo durante los 90 minutos. Cuando se pudo, se jugó (muy poco, por cierto); y cuando no, se metió. Y eso nos deja muy tranquilos a todos. Pero si un equipo que domina y juega en el arco rival termina convirtiendo a su arquero en gran figura, evidentemente hay algo que no anda bien.
Ahora bien, los jugadores ponen todo y van al frente, pero... ¿qué ocurre con el técnico? Porque hablar es fácil, y en eso, Basile es muy bueno. Pero lo difícil es demostrar en acciones que lo que uno pregona, cumple.
En un plantel tan amplio y rico, ¿están jugando los que mejor están? ¿Palermo está en forma y mostrando un buen nivel? ¿No merece una chance Silvestre ante tantas fallas defensivas? ¿Barroso no merece un lugar en el banco, dado que puede jugar de 4 y de central?
Estoy convencido de que Basile no trata a todos por igual, que le pesan algunos nombres y que definitivamente está armando mal el banco de suplentes.
Esperemos que durante muchos partidos más, el equipo o alguna individualidad salve al xeineze. Porque la ausencia de nicotina le está nublando el cerebro al Coco.