El León comió pasto
Tras la contundente victoria de esta tarde, no sólo nos acercamos a la cima del torneo, sino que además despejamos algunos fantasmas que estaban apareciendo por una merma en los últimos partidos. En los papeles, el de hoy fue el rival más complicado que enfrentó Boca en lo que va del año... aunque muchos me dirán que con el Pincha tenemos la paternidad más grande del fútbol argentino.
Claro que el partido no fue un trámite, sobre todo en los minutos iniciales. Porque más allá de que Estudiantes avisó con un cabezazo en el palo, el planteo visitante fue claro: ensuciar el partido y quitarle ritmo a Boca. Y sólo les sirvió hasta que el Pichi Erbes, figura excluyente del encuentro, abrió el partido con un golazo desde fuera del área. Encima, a los pocos minutos y aún con las gargantas calientes, pudimos gritar el segundo tanto boquense, en este caso anotado por Osvaldo en su arco predilecto.
El partido ya estaba chivo por los cruces entre Desábato y Damonte contra Osvaldo, quien le ofreció pasto al defensor platense tras recibir, seguramente, alguna provocación. ¿Queda claro quién ganó el duelo, verdad? Pero no sólo eso, sino que ya 2-0 arriba, en el arranque del complemento el Pincha se quedaría con dos jugadores menos, tras correctas expulsiones por una doble amonestación (agarrón desde atrás) y un codazo artero. Estudiantes, el decano del anti-fútbol, ya no tendría argumentos para molestar a un conjunto xeneize que, cambios mediantes para cuidar jugadores, se floreaba en la cancha a placer. El tercero llegó de los pies del pibe Franco Cristaldo, y aunque pudieron ser más, Boca aflojó el pie del acelerador y cuidó un resultado y su propio resto físico.
Con actuaciones como la de hoy será difícil no ilusionarse, pero hay que ir despacio porque el camino hacia el torneo local y a la Libertadores es muy largo (incluso, con interrupciones por la Copa América). Pero desde ya, estamos en el camino indicado.
Etiquetas: Torneo de Primera División 2015