Al que madruga...

Lanús 1 - Boca Juniors 0

Con un gol tempranero anotado por Salvio, Lanús nos propinó la segunda derrota (al hilo) en este Torneo Clausura 2009. Si bien la prioridad es la Copa Libertadores y este campeonato recién empieza, y más allá del aire lógico que nos otorga ser los últimos campeones, habrá que recuperar la memoria y empezar a sacar buenos resultados para no alejarnos tanto y seguir dando lucha en esta competición.
Los jugadores no habían ni transpirado y Lanús se puso 1-0 en su primera llegada. Todo un presagio de que no sería la tarde de Boca en el sur del conurbano bonaerense. Ischia improvisó una formación con tres defensores (Roncaglia, Cáceres y Forlín) e Ibarra y Krupoviesa como volantes, manteniendo a Vargas y Battaglia en el medio, más Gracián (por el ausente Riquelme) y dos livianitos como Palacio y Noir. Con el resultado puesto, podemos afirmar que la apuesta no rindió dividendos. Porque Palacio y Noir nunca tuvieron espacios, Krupoviesa no rindió como volante y la defensa nunca mostró garantías. El entretiempo nos encontró en desventaja y Lanús estuvo más cerca del segundo que nosotros del empate.
A poco de comenzada la segunda parte, Ischia puso toda la carne en el asador: Palermo por Noir y Gaitán por Gracián. Si yo hubiera estado en el lugar del DT, hubiera hecho estos mismos cambios pero con la salvedad de mantener a Gracián (de flojo partido) y sacar a Roncaglia, pasando a Ibarra y Krupoviesa a formar una línea de cuatro y generando más fútbol en el mediocampo. La cuestión es que si bien dominamos a placer el balón, fueron muy pocas las jugadas de peligro que pudimos crear, y en esas Bossio respondió siempre acertadamente.
Pudo ser empate, pero la realidad es que volvimos a jugar mal. No es para alarmarse y este grupo demostró sobradas veces saber cómo reponerse de las adversidades. Por ahora sólo nos queda seguir alentando a muerte a estos colores y a quienes han demostrado defenderlos con la dignidad que esta hinchada se merece.

Sufrió más de la Cuenca

Boca Juniors 1 - Deportivo Cuenca (Ecuador) 0

Ganar el primer partido de la Copa, y más si se juega como local, es vital. Y Boca ganó. Punto y aparte. De todas formas, por la manera en que tuvimos que sufrir ante un rival por demás limitado, no deja de ser preocupante la actuación de esta noche de los comandados por Carlos Ischia. Un dato a favor: Boca suele arrancar la Copa de menor a mayor.
De entrada se notó que en cuanto los boquenses aceleraran y tuvieran precisión, el partido sería un trámite. Pero no lo fue, más por errores propios que por aciertos del visitante. Palacio abrió el marcador a los 12 minutos, pero de ahí en más, y pese a que todo era favorable a nuestros muchachos, el score no se modificó. En su afán por regular energías y no apresurarse, Boca pecó de cauteloso y jugó a un ritmo muy lento.
El segundo tiempo no cambió, pero había en el aire una cierta preocupación: el 1-0 nunca es ventaja y uno siempre está expuesto a una contra o a una jugada de pelota parada. Y vaya si sufrimos: Texeira se perdió un gol increíble que hubiera significado el empate de los ecuatorianos, quienes también dispusieron de un par más pero no tan claras. Y así llegamos al final, sufriendo un partido que estaba servido en bandeja para una goleada histórica.
Hoy, además del triunfo, podemos rescatar el regreso de Palacio al once titular, los minutos que sumó Palermo y el gran trabajo del colombiano Vargas. Ya habrá tiempo para mejorar, amigos. ¿¡Pero qué mejor que empezar ganando!?

Lepra de sábado por la tarde

Boca Juniors 0 - Newell´s Old Boys 2

En una por demás calurosa tarde de sábado, Boca cayó como local ante un equipo rosarino que hoy ganó con total justicia. El calor, el pésimo estado del campo de juego, las ausencias y el cansancio no son excusas: Ñuls jugó mejor y el xeneize no hizo un buen partido. Pero esto recién comienza y se sabe que la prioridad máxima será la Copa Libertadores.
Boca pagó caro las ausencias de Battaglia y Vargas. Más allá de que Forlín, Gaitán y Fondacaro son grandes jugadores, faltó presencia y recuperación en el medio, lo cual derivó en que los visitantes dominaran a placer y controlaran las acciones. El mediocampo fue un lugar de paso y el partido arrancó con un constante cambio de ataque por ataque. Si bien el primer tiempo se cerró sin goles, fueron los leprosos quienes contaron con más y mejores ocasiones.
La segunda parte arrancó de manera similar y era de esperar que el equipo que hiciera el primer gol se llevara los tres puntos. Lamentablemente, fueron los rosarinos quienes convirtieron a través de Armani, quien se puso el traje de goleador (sí, no me podía guardar el chiste tonto). A los pocos minutos, el estadio se vino abajo: Ischia mandó a la cancha a Palacio y... ¡Palermo! Sí, el gran goleador del fútbol argentino regresó luego de una larga inactividad por lesión. Boca fue con más ganas que fútbol pero al romperredes platense no le quedó ninguna clara como para que su regreso fuera con un gol. Para colmo, Sperdutti clavó un bombazo desde lejos y la pelota ingresó en la valla defendida por el Pato Abbondanzieri luego de rebotar en el poste.
Derrota justa y sin atenuantes. Para destacar: la vuelta de Martín Palermo. Para lamentar: el pésimo estado del campo de juego. Para replantear: el mediocampo sin marca ni recuperación. Para recordar: tanto en San Valentín como todos los días, ¡Boca te llevo en el alma, y cada día, te quiero más!

El oportunismo del campeón

Gimnasia y Esgrima (Jujuy) 1 - Boca Juniors 2

¿Suerte de campeón? ¡Las pelotas! En todo caso, oportunismo. Porque yo no me como el verso de que el Lobo jujeño nos pasó por arriba y no perdimos por una cuestión fortuita. Ambos equipos tuvieron muchas situaciones de peligro, aunque el local contó con las más claras. Pero en el fútbol con buenas intenciones no se suman puntos y Boca sacó provecho de su efectividad y del talento individual de sus nombres propios.
El primer tiempo concluyó 0-0 pero si hubo algo que sobraron fueron emociones. Los jujeños tuvieron varias ocasiones, destacándose un tiro de Calandria en el palo. Pero el xeneize no se quedó atrás, con un corner olímpico de Riquelme que pegó en el travesaño y un mano a mano que Gaitán no pudo traducir en gol. En cuanto a atajadas, el Pato tuvo varias muy importantes (más allá que se mostró dubitativo en alguno que otro centro).
En el complemento los rivales siguieron cambiando ataque por ataque en lo que fue un partidazo con todas las letras. Los jujeños se perdieron un gol increíble desde abajo del arco xeneize. Luego el palo volvió a salvar a los dirigidos por Ischia. Pero a poco de ingresar, Noir agarró un rebote y como en el Apertura 2008 volvió a vacunar a los norteños. Poco importaba ya si el resultado era justo o no: ganaba Boca y todo era una fiesta auriazul. Y para que siga el carnaval, Riquelme armó una jugada maradoniana y habilitó de taco a Viatri para que el juvenil aumentara la ventaja. A falta de un minuto el Lobo llegó al descuento pero no hubo tiempo para más.
Primera victoria y tres puntos de oro que los boquenses se trajeron de un terreno difícil (por la localía y por el desparejo campo de juego). Que hay que mejorar, es cierto. Pero el inicio fue por demás auspicioso.

Los pibes humillaron a River

Boca Juniors 2 - River Plate 0

River con todos sus titulares. Boca con un equipo colmado de juveniles (más el regreso del Pato Abbondanzieri). Resultado injusto. Los pibes xeneizes vapulearon a los plumáceos y aún nadie se puede explicar cómo el partido terminó solamente 2-0.
Mouche abrió la cuenta sobre el final del primer tiempo y Roncaglia selló el score en la segunda mitad. Pero los guarismos fueron muy mezquinos con los púberes de Boca, quienes debieron anotar por lo menos dos o tres goles más.
Fin de la pretemporada e inicio de la verdad: se viene la Copa Libertadores y el Clausura 2009. Hay plantel para pelear todo. ¡La base está!