River Plate 2 - Boca Juniors 0Boca arrancó perdiendo el superclásico en la semana luego de que el sorteo (¿o $orteo?) arrojara el nombre de Balda$$i. Pero más allá del arbitraje parcial de un confeso anti-Boca, algo no se puede ocultar:
la actuación de hoy del xeneize fue la más pobre que recuerde en años. Yo puedo entender la falta de fútbol y que a veces las cosas no salen; pero como boquense no puedo aceptar que en un partido de estas características no se deje la vida en la cancha. No me rompan las pelotas con que el fútbol no es cuestión de vida o muerte. Sin eufemismos:
el que se ponga la azul y oro tiene que transpirar sangre.
En la primera mitad, Boca salió muy blandito como para jugar un clásico de esta magnitud. Y cuando quiso reaccionar en el segundo tiempo, ya era demasiado tarde: 2-0 abajo, un jugador menos y todas las gallinas defendiendo el resultado. Porque créanme, por como estaba dado el partido, los plumáceos tenían una oportunidad histórica, pero histórica, de alcanzar una goleada humillante. Pero su cobardía fue tal, que al ver lo inofensivo que era Boca sólo dejaron pasar los minutos y se defendieron ordenadamente. El cambio de actitud xeneize llegó tarde, pero así y todo, no generamos una sola situación de gol clara en todo el partido.
Triste, pero real: fue justo el resultado.
Para el final, la actuación de Balda$$i. Dos penales, una roja, muchas amarillas y dos reglamentos: uno para el local y otro muy distinto para el visitante. ¿Por qué será que no me sorprende? La expulsión a Banega, indiscutible. El penal fue dudoso, pero creo que existió. Ahora, lo de hacer repetir la ejecución luego que Caranta desviara el remate, no tiene nombre. ¡Una vergüenza! Ortega siempre patea los penales en forma antirreglamentaria ya que detiene su carrera por completo, lo que podemos denominar: amague. Sin embargo, nadie abre la boca. Pero Caranta mueve el dedo gordo diez centímetros y todo de nuevo. ¡Sacate las plumas, cordobés
culiado! Y tampoco pasó desapercibido que cada infracción de Boca era amarilla, pero para River tenía otro reglamento. Palacio protesta y tira la pelota afuera: amonestación. Ibarra quiere hacer un tiro libre rápido, un plumáceo se interpone, no guarda distancia y detiene el tiro: siga, siga. ¡Vergonzoso!
De nada sirven los lamentos. El arbitraje fue malo, pero peor fue la actitud (o falta de ella) de algunos jugadores xeneizes en el primer tiempo. Igual, este plantel tiene todo mi apoyo:
me hizo por sexta vez campeón de América. Eso sí, para ganar el Apertura, el Mundial de Clubes o los próximos superclásicos habrá que tener muy en cuenta el partido de hoy... ¡y no repetirlo!
Nuestro futuro está en sus pies, pero más en sus corazones.
Etiquetas: Torneo Apertura 2007