Aldo-pe, Bobadilla

Cúcuta Deportivo (Colombia) 3 - Boca Juniors 1

Boca perdió por dos malas salidas: una de Aldo, que permitió el segundo gol colombiano, y la de Caranta, que venía realizando una gran tarea pero una contractura lo obligó a dejar la cancha en el entretiempo. Ahora, la mitad menos muchos del país está contenta porque el xeneize está contra las cuerdas.
Pero el partido no había arrancado para nada mal. Luego de un susto al minuto de juego (terrible reacción de Caranta para sacar un cabezazo que buscaba red), Boca empezó a afirmarse en el campo y a intercambiar ataque por ataque. Era vital marcar de visitante y así lo hizo Ledesma, quien anotó un lindo gol tras un centro atrás de Palacio. La noche venía tranquila. Corrían los minutos, el xeneize hacía negocio, pero Cúcuta llegó al empate. El primer tiempo se cerró con un 1-1 que no era una mala empresa (por el gol en tierras lejanas).
Del segundo tiempo, ni ganas de hablar. Con el ingreso de Bobadilla por Caranta, la defensa pareció perder confianza (lo cual es lógico, ya que Caranta pasa por un gran nivel y jugó todos los partidos del ciclo Russo). Además, Boca ya no fue el mismo. El insoportable calor y la humedad hizo que los jugadores lucieran exhaustos, pero mientras los colombianos no crearan peligro, todo estaba bien. Sin embargo, una muy mala salida de Aldo le permitió al panameño Blas Pérez anotar el segundo gol del local (y también el segundo en su cuenta personal). Se nota que Bobadilla es un arquero para estar debajo de los tres palos y que no se siente cómodo saliendo (mejor ni recordemos la final perdida contra Estudiantes). Para colmo de males, a cinco del final un gran tiro libre y la falta de reacción de Bobadilla pusieron el definitivo 3-1. Sólo hubo tiempo para que Boca se mande con todo al ataque (hubo un tiro de Ibarra en el palo) y para que los colombianos casi sentenciaran la serie (ahí sí Bobadilla tapó una pelota de gol).
El pase a la final está muy complicado, amigos. Boca deberá ganar por 2-0 o por diferencia de tres goles (con un 3-1 habrá penales). Sin embargo, nuestra historia es un libro con varios capítulos de hazañas y estos jugadores buscarán escribir una nueva página. No se si podrán, pero tengo la certeza de que dejarán la vida en la cancha como nosotros lo haremos en la tribuna.

Huevos naranjas

Boca Juniors 89 - Peñarol (Mar del Plata) 81

Contra todos los pronósticos, Boca Juniors se coronó por tercera vez en su historia campeón de la Liga Nacional de Básquet. Y lo hizo poniendo unos huevos tan grandes como las pelotas naranjas utilizadas en el baloncesto.
Durante la fase regular, el equipo nunca llegó a encontrar el rumbo. Pero una vez en los playoffs el xeneize accedió a la gran final luego de levantar dos series en desventaja 0-2, primero ante Ben-Hur (quien era el actual campeón argentino) y luego ante Libertad (flamante monarca sudamericano).


Tricampeón. Los amigos de La Mitad Mas 1 le dedicaron un lindo afiche al flamante campeón.

Como si fuera poco, en la final Boca enfrentó al equipo de mejor rendimiento en toda la temporada: Peñarol de Mar del Plata. Los milrayitas eran amplios favoritos y tenían la ventaja de localía, pero en la cancha el xeneize puso el alma y ganó la serie 4-2:

• Peñarol (Mar del Plata) 57 - Boca Juniors 61
• Peñarol (Mar del Plata) 77 - Boca Juniors 75
• Boca Juniors 57 - Peñarol (Mar del Plata) 58
• Boca Juniors 77 - Peñarol (Mar del Plata) 74
• Peñarol (Mar del Plata) 58 - Boca Juniors 66
• Boca Juniors 89 - Peñarol (Mar del Plata) 81

¡Gracias jugadores, cuerpo técnico y dirigentes, por ser fieles exponentes del sentimiento boquense! Y para todos los que nos daban por muertos, ¡otra vez será!

Danza con Lobos

Boca Juniors 3 - Gimnasia y Esgrima (Jujuy) 1

No fue baile, es verdad. Pero en el segundo tiempo el muleto de Boca pudo liquidar con holgura un partido que se presentaba complicado. De esta manera, nada cambió en la cima del torneo y a falta de tres partidos San Lorenzo nos aventaja por tres unidades.
El primer tiempo fue para el olvido. Boca avisó de entrada con un tiro desde lejos de Marioni, ante una mala salida del arquero visitante. Después, no hubo mucho más. Todo era pobre, chato, y si bien el xeneize dominaba a voluntad le faltaba precisión para abrir a una cerrada defensa jujeña.
Para la segunda mitad, Russo hizo un cambio clave: Ledesma por Neri Cardozo (nuevamente, de muy pobre rendimiento). Allí el equipo pareció contagiarse con la dinámica del volante cordobés y entender el mensaje: había que ganar o ganar (sino, chau campeonato). La apertura del marcador llegó de la cabeza de Palacio, tras un buen centro de Bruno Marioni. Luego, un centro de Ledesma permitió que Battaglia estampara el 2-0. El trámite parecía liquidado.
A los 30 minutos, Russo sacó a Dátolo (de buena actuación) y puso a Riquelme, algo que no me termina de cerrar. ¿Riquelme pidió jugar? ¿Hacía falta darle minutos? No voy a cuestionar la decisión del DT porque no conozco los motivos del cambio, pero pienso que no hacía falta arriesgar a Román por 15 minutos en un partido que estaba bien encaminado. Igualmente, Román desparramó talento, manejó los hilos y el tercer gol llegó tras un remate de Clemente Rodríguez (¿lo tenían al pelado goleador?). Sobre el final descontó el visitante pero no hubo tiempo para más: 3-1.
Boca volvió a vencer de local y le mandó un claro mensaje a los cuervos: pelearemos hasta el final. Se podrá ganar algo, todo o nada. Pero el grupo está dejando la vida, de eso no hay dudas.

¡Así de grandes!

Libertad (Paraguay) 0 - Boca Juniors 2

Orgullo, mística, temple, HUEVOS. ¡Y así de grandes! Todas esas palabras forman parte del diccionario boquense, e independientemente de cómo termine nuestra aventura en esta Copa Libertadores 2007, me siento feliz y muy identificado con este grupo de gladiadores que siente tanto la azul y oro como yo. O como los más de 10.000 bosteros que coparon el Defensores del Chaco.
Libertad es un equipo duro, aguerrido, molesto. Y muchos equipos argentinos lo saben perfectamente. Pero si hoy mostró una cara tan desconocida fue por méritos de Boca. El xeneize salió con todo, ¡a ganar o morir! Para acceder a las semifinales había que hacer goles y nuestros muchachos lo sabían muy bien. Boca empezó a manejar el balón, proyectar a los laterales y generar situaciones de riesgos. El local se limitaba a defenderse y cuidar el cero. Las situaciones empezaron a llegar: cabezazo de Palacio apenas afuera, tiro libre con desvío en el Cata Díaz que pasó al ladito del poste, nuevamente Palacio por encima del travesaño... ¡el gol estaba al caer! ¿Libertad? ¡Nada!
Sin embargo, el primer tiempo se cerró con un 0-0 que me dejó sensaciones encontradas: fue muy bueno lo de Boca pero el gol no llegaba. De repetir una actuación así en el complemento, habría que tener mucha mala suerte para no romper la paridad.
En el arranque del segundo tiempo se vio lo más flojo de Boca. Hubo cinco o diez minutos donde el equipo lució confundido. Ojo que Libertad no llegó nunca; simplemente emparejó un poco el trámite. Pero Russo hizo un cambio tempranero que terminó dando sus frutos: afuera Banega (amonestado), adentro Dátalo. Allí Boca levantó y llegó al ansiado gol. Pero que digo gol... ¡golazo! Riquelme (casi en una pierna) la aguantó de espaldas, se la llevó, gambeteó, amagó, volvió a amagar y sacó un latigazo bajo que puso algo de justicia en el marcador. Con el 1-0 Boca se clasificaba, pero en caso de recibir un gol iría a penales. Así que el xeneize siguió atacando y tuvo su premio. Tras un corner, Palermo bajó la pelota para que Palacio la empujara casi al lado del arquero. 2-0. Y sólo quedó tiempo para que Boca se floreara, moviera el balón y desde la tribuna bajara un ole tras otro. ¡Delirio, fiesta, justicia!
Ahora en semifinales enfrentaremos a la revelación de la Copa: Cúcuta Deportivo. Si bien es la primera participación de los colombianos en el máximo torneo continental, será un rival de máximo riesgo porque "no tienen nada que perder". Pero Boca demostró que tiene hambre de gloria y quiere traer a la Argentina la Copa que perdieron las gallinas.

Sigue en la lucha

Quilmes 1 - Boca Juniors 2

Con varios cambios pensando en el partido del próximo jueves contra Libertad, Boca salió a la cancha con una única misión: obtener los 3 puntos para no despedirse de la lucha por el campeonato. Ya había ganado San Lorenzo, Estudiantes y no había margen para el error. Enfrente estaba el conjunto cervecero, que está muy comprometido con el descenso y salió a jugar este encuentro como si fuera la final de la Copa del Mundo (de hecho, al xeneize siempre le juegan así).
En los primeros minutos fue todo del local. Presión, manejo del balón y algunas aproximaciones (pero sin peligro para el arco defendido por Caranta). A Boca le costó meterse en el partido, pero con el correr de los minutos fue emparejando el trámite. Se sabe que tenemos individualidades que en cualquier momento pueden desequilibrar, y ese ocurrió cuando promediaba el minuto 25 de la primera etapa. Marioni recibió un buen pase de Clemente Rodríguez y casi la mete de emboquillada; la pelota pegó en el travesaño pero el rebote lo agarró Dátolo y 0-1 en favor del xeneize. Y unos minutos después, gran desborde de Palacio y el marcador pasó a mostrar 0-2. Pero cuando expiraba la primera mitad, el local descontó mediante una jugada fortuita y el partido quedó abierto.
El segundo tiempo de Boca también fue muy pobre. Quilmes se fue con todo pero no creó muchas jugadas claras de peligro. Y las que tuvo fueron muy bien resueltas por Caranta. Los delanteros boquenses tuvieron algunas chances para liquidar el pleito, pero faltó puntería y hubo que esperar hasta el final (con algo de sufrimiento) para volver a sumar de a tres.
Ahora quedan cuatro partidos y Boca no tiene un fixture sencillo. Además, la seguidilla de partidos empieza a dejar su huella (y esperemos que la siga dejando y podamos avanzar en la Copa). Pero la ilusión del título está intacta, ya que si algo sobra en este plantel es hambre de gloria.

Una noche gris

Boca Juniors 1 - Libertad (Paraguay) 1

La noche pintaba para ser bien negra, pero terminó siendo gris (como si mezcláramos los colores de la casaca visitante). Román erró un penal, Caranta se comió un gol tonto; cuando los mejores jugadores fallan, ¿qué le queda al resto?
En mi opinión, era fundamental terminar el partido con la valla invicta, pero recibimos un gol del visitante. Pero por lo menos, la puerta de acceso a las semifinales está entreabierta (cuando a pocos minutos del final parecía cerrada con candado).
Boca jugó muy mal. No caben dudas. Durante los primeros 45 minutos sólo pudo llegar con peligro mediante un tiro libre y alguna jugada aislada. Pero todo era puro centro, imprecisiones, nerviosismo. Libertad pobló el mediocampo con cinco jugadores y esperaba en forma ordenada. Con eso le alcanzaba (y le sobraba). Se fueron al descanso 0-0 y los nervios del público crecían, pero para mí, un empate sin goles no era algo tan terrible de cara a la revancha.
En el segundo tiempo Boca repitió errores e imprecisiones. Cardozo estaba perdido en la cancha, Bertolo era pura impotencia, Palermo no ganaba de arriba y Román no tenía socios. Pudo abrir Boca el marcador luego de un penal a Riquelme, pero el 10 xeneize lo pateó flojo y al medio y el portero visitante rechazó el balón. A esa altura ya empezaba a encariñarme con el 0-0 pensando en mantener el arco propio virgen, pero a los 37 minutos llegó un baldazo de agua fría: tras un tiro libre desde un costado, Caranta calculó mal, pifió el rechazo y el score pasó a mostrar un 0-1. El xeineze se fue con todo a buscar la igualdad y la consiguió en los pies de Palermo, pero el juez asistente cobró un offside tan inexistente como vergonzoso y Boca se quedó abajo en el marcador. Hasta que en el minuto final, nuevamente el Titán infló la red mediante un zurdazo bajo. 1-1. Resultado final.
La llave está abierta pero los dirigidos por Russo la tienen muy difícil. Si hay un equipo acostumbrado a las hazañas, ese es Boca. Pero ahora habrá que hacer goles en Paraguay, y ganar o empatar con un score abultado para llegar a estar entre los cuatro mejores de América.

Un bostero en Brasil

¡Nueva sección! Están todos invitados a mandar sus fotos con la camiseta o bandera de Boca en cualquier rincón del planeta. Para romper el hielo, hace su aporte Baltazar (responsable de darle letra y un espacio en Internet al muñeco más bostero del mundo: Campeón de Boca).


¡Somos locales otra vez! En pleno centro de Foz do Iguaçu luciendo la azul y oro.

Todo sigue igual

Boca Juniors 1 - Arsenal 1

Boca dejó pasar otra oportunidad de acercarse al líder del torneo. Con los empates de San Lorenzo, River y Estudiantes, el xeneize necesitaba los tres puntos para quedar a uno de los de Boedo. Pero con el empate, en lugar de sumar se perdieron dos unidades de oro.
El primer tiempo fue chato. Si bien Boca fue quien más propuso, a Arsenal le alcanzó con cerrarse bien en el fondo, anular a Riquelme y mantener un esquema ordenado. Boca tuvo un par de situaciones pero el 0-0 parcial fue justo.
Ya en el comienzo de la segunda mitad el local recibió un baldazo de agua fría: gol de Arsenal. Russo, que había guardado a Banega y Palacio pensando en el partido del jueves frente a Libertad, tuvo que meter mano al banco y los mandó a ambos a la cancha. ¡A ganar o morir! Riquelme se puso el equipo al hombro y Boca fue con todo, a veces con más empuje que fútbol. El empate llegó de la cabeza del enganche xeneize (¿lo tenían a Román cabeceando?). Y al final casi se quedan los tres puntos en casa, pero el cabezazo de Dátolo pegó en el travesaño (con el partido 0-1 Palermo también había mandado un cabezazo al poste horizontal).
Final del partido: 1-1. Pudo (y mereció) ganarlo Boca, aunque la producción de hoy fue pobre. También lo tuvo Arsenal, que con el 1-0 a favor se perdió un par de jugadas claras. Con los resultados puestos uno podría decir que todo quedó igual. Sin embargo, al torneo le queda una fecha menos y estos dos puntos pueden lamentarse y mucho sobre el final. Esperemos que así no suceda.

Chau Vélez

Vélez Sarsfield 3 - Boca Juniors 1

Se sufrió, se aguantó, se luchó, pero se pasó de ronda. Boca ya está en cuartos de final y nuevamente es el único equipo argentino que se mantiene con vida en el máximo torneo continental.
El local jugó un gran primer tiempo y ahogó al xeneize por todos lados. El gol de Zárate trajo nervios a la colmada tribuna boquense, pero el empate pareció calmar las aguas (precioso corner de Riquelme que un jugador velezano rozó y venció a Peratta). Sin embargo, la polémica expulsión de Ledesma y el segundo gol de Vélez alteró el ritmo cardíaco de los xeneizes. Llegó la hora de irse al descanso con el score 2-1.
Ya con un hombre menos, la misión de Boca para la segunda mitad era aguantar y evitar más goles (por el gol de visitante, Vélez necesitaba un 5-1 para eliminarnos). Y ahí aparecieron dos hombres (con mayúsculas): Caranta y Riquelme. El 1 sacó todo lo que le tiraron (o casi todo, ya que Ocampo anotó el 3-1 final). Y el 10 se calzó el overol, corrió, aguantó la pelota y se puso el equipo al hombro.
Boca pasó con algo de sufrimiento, pero también hay que reconocer que hoy los palos nos negaron varios goles. Lo más preocupante: el nivel de la defensa. Ahora se vendrá Libertad de Paraguay, un rival muy duro. La clave será mantener el cero en el partido de ida (en la Bombonera) y de visitante hacer lo que este equipo más siente: salir a atacar y marcar goles.

Dolor de cabeza

Argentinos Juniors 3 - Boca Juniors 3

Sufrió Boca y sufrió quien les escribe, ya que este partido lo tuve que seguir a través de la radio mientras viajaba a Misiones. ¡Qué nervios que uno siente al no poder estar en la cancha o, al menos, ver las imágenes por la TV!
El partido arrancó muy mal para el xeneize. Luego de dos centros calcados llegaron sendos goles de cabeza para el local. A la media hora de juego, y 2-0 abajo, sacar un empate no sonaba como mal negocio. Descontó Neri Cardozo mediante un bombazo desde fuera del área y ahí volvió la esperanza (cada vez que el mendocino anota, Boca gana). Final del primer tiempo: 2-1.
En el segundo tiempo Boca salió con más actitud y a los 20 minutos revirtió el score gracias a los goles de Palermo e Ibarra (de muy flojo rendimiento). Pero a la media hora del complemento el uruguayo Choy González volvió a ganar de cabeza y emparejó las acciones. 3-3.
¿Se ganó un punto? ¿Se perdieron dos? Ya es tarde para lamentos. Este equipo garantiza goles o al menos numerosas situaciones de peligro. Pero habrá que hacer ajustes defensivos para no dejar más puntos en el camino.

Guillermo, más que un ídolo

El Club Atlético Boca Juniors acaba de lanzar en su página oficial una sección dedicada al gran 7 de La Boca. La misma se llama "Guillermo, más que un ídolo" y allí se puede encontrar la biografía del delantero, todos sus títulos, un video y fotos. Además, los navegantes podemos mandarle un mensaje al Guille y decirle por qué nunca lo vamos a olvidar.

El Gato volador

Boca Juniors 3 - Vélez Sarsfield 0

El título es complaciente y hasta chistoso si se quiere con el arquero velezano que hoy no se destacó por sus atajadas sino por una patada voladora al mejor estilo Jackie Chan. Lo de Sessa no tiene nombre. De milagro, Rodrigo Palacio, víctima de la locura del portero de Liniers, sólo terminó con cortes en el rostro. Pero el resultado pudo haber sido mucho más grave.

Hasta ese momento (quizás el que pueda definir la suerte de la serie) se estaba jugando un partido tenso, nervioso, donde Boca era superior y ya ganaba 1-0 a través de un golazo de Riquelme. Hasta que llegó un pelotazo frontal que Palacio fue a buscar por inercia, ya que la pelota iba cómoda para el arquero. Pero el 1 visitante saltó, capturó el balón y con el pie derecho arrojó una terrible patada a la cara del delantero xeneize, cuyo rostro quedó sangrando y mostrando los rastros de los tapones. ¡Increíble! El árbitro no dudó: penal y expulsión (como corresponde). Los jugadores velezanos protestaron (como buenos llorones, pidiendo vaya uno a saber qué) y de allí en más se dedicaron a defenderse y ensuciar el partido. Pero Palermo mandó el penal a las nubes y el primer tiempo se cerró solamente 1-0 (con Boca dominando a voluntad y aprovechando la superioridad numérica).

De cara a la segunda mitad Boca tenía una misión: aprovechar el momento y marcar más goles, pero por sobre todas las cosas, no recibir ningún tanto, ya que el gol de visitante pesa (y mucho). Así fue que el xeneize dominó a placer, pero el gol no llegaba. Cardozo hacía todas mal y el equipo no podía usufructuar el gran partido que estaba haciendo Riquelme (otro más, y van). Hasta que la segunda conquista trajo un gran alivio: Palermo, de flojo nivel, metió un cabezazo bárbaro que besó la red. Un 2-0 ya era otra cosa. Pero la frutilla del postre llegó al final, tras una gran proyección de Clemente Rodríguez y una mejor habilitación del Román para que el propio lateral marque el tercero.

Boca sacó un resultado bárbaro. Tres goles no son pocos, pero lo mejor de todo, se mantuvo el cero en el arco propio. De todas formas, partidos son partidos y la serie no está liquidada: aún faltan 90 minutos en Liniers.