¡Feliz Navidad!

Otro afiche más, y van. En este caso, le llegó el turno a Papá Noel:



Campeón de Boca y todos sus amigos les desea unas muy felices Fiestas. ¡Y brindemos por un 2006 lleno de Copas y alegría!

Volvieron los afiches

Como no podía ser de otra manera, estos días la ciudad de Buenos Aires refleja la alegría de la mitad más uno de Argentina por medio de afiches pegados en la vía pública.



¡Pero eso no es todo! Exclusivamente para los visitantes de este blog, el amigo Gastón nos hizo llegar su propia producción:



¡Qué siga la fiesta y los festejos!

¡Rey de Copas!

Boca Juniors 1 - Pumas UNAM (México) 1

Si no se sufre, no se disfruta. Y los bosteros nacimos para sufrir, y luego disfrutar. !Y cómo!
Boca Juniors, flamante campeón de la Copa Sudamericana 2005, acaba de conseguir su título internacional número 15, convirtiéndose en el nuevo Rey de Copas mundial (por unos meses, compartiremos ese orgullo con otros equipos que bien conocen lo que es perder finales contra Boca).
Nuevamente, el héroe de la jornada fue el Pato Abbondanzieri:



Pero empecemos por el comienzo. El partido arrancó flojo, pero con Boca como protagonista. Si bien no había situaciones de gol, el xeneize dominaba y controlaba las acciones con mucha autoridad.
Hay que recordar que el 0-0 nos consagraba campeones. Pero Boca quería ganarlo, ya que un maldito gol de los visitantes nos complicaría mucho el panorama.
Las acciones transcurrían sin mucho vértigo, hasta que el estadio explotó al grito de gol. Palermo se anticipó a un centro bajo del Pocho Insúa, y de manera poco ortodoxa pero efectiva desvirgaba el marcador.
Se fue la primera mitad, y el Pato era un espectador de lujo. Pero el destino no quería que así fuera.
En los primeros minutos del segundo tiempo, Pumas salió con otra actitud, y se encontró con un regalito navideño del árbitro paraguayo Amarilla: penal por supuesta mano intencional de Schiavi. A Marioni poco le importó que no fuera penal, y estableció el 1-1.
Allí empezaba otro partido; en la cancha y en las tribunas. Porque Boca iba a los penales, y si recibía otro gol estaría obligado a meter dos más.
Lo tuvo Palermo, luego Insúa, también Palacio... ¡parecía estar embrujado el arco rival! Aunque también nos salvamos de lo lindo con un tiro en el travesaño, o cuando Abbondanzieri tuvo que salir fuera del área para tocarla con la mano y evitar que la Copa volara a México.
Y llegó el final del partido, y con él los penales.
El Pato ataja el primero, pero a Guillermo le detienen su remate. Gol de Pumas, gol de Insúa. Nuevamente aparece el Pato, pero el travesaño le dice no a Palermo. Gol de Pumas, y gol de Schiavi. Otro gol de Pumas... ¡y gol del Chelo Delgado! Menos mal, porque de errarlo: chau Copa.
Ahora se venía la serie de uno y uno. ¡Palo! ¡Palo bonito! ¡Palo precioso! ¡Palo y afuera! Todo depende de... ¿Ibarra? ¡No, el Pato! El 1 de Boca quiere patearlo, el DT le da el OK e Ibarra se lo cede.
Viene el Pato... y... ¡Boca Rey de Copas!

La 12 cantó:
El Rey de Copas, la puta que lo parió,
el Rey de Copas, la puta que lo parió,
el Rey de Copas, la puta que lo parió,
el Rey de Copas, la puta que lo parió.

Amigos bosteros: vamos a tener unas Felices Fiestas como el Xentenario de Boca se merece. ¡A brindar! ¡Y traigan vino, porque Copas sobran!

Campeones del Top Race V6

Si algo le faltaba a Boca para coronar a lo grande el año de su Xentenario, era, además de ganar todo al fútbol, quedarse con el primer campeonato de Top Race V6. Y Guillermo Ortelli hizo realidad el sueño de los fanáticos de las tuercas y del xeneize.



¡Gracias Guillermo por llevar tu pasión boquense a los fierros, y por poner a Boca en lo más alto del podio!

Dioses del Olimpo

Olimpo 1 - Boca Juniors 2

¡Boca Juniors, campeón del Torneo Apertura 2005!



¡Qué análisis del partido ni que ocho cuartos! ¿Partido? ¿Qué partido? Hoy había que ganar, y se ganó.

La 12 cantó:
Ya se acerca Nochebuena,
ya se acerca Navidad,
para todas las gallinas,
el regalo de papá.

Este equipo se merecía ser campeón. Por los huevos del plantel, por la hinchada, porque siempre fue al frente, porque puso todo y porque con el equipo completo sólo perdió con San Lorenzo (y sin merecerlo).

Así que salud, amigos. ¡A disfrutar el campeonato local número 21 desde el profesionalismo!
Y el domingo, a alentar al campeón para ver si podemos agregarle la frutilla al postre: la Copa Sudamericana.

Campeón de Boca dice:
Palo, palo, palo,
palo bonito, palo eh,
eh, eh, eh,
somos campeones otra vez.

¡Gracias jugadores!
¡Gracias Coco y cuerpo técnico!
¡Gracias dirigentes!
¡Gracias Jugador Número 12!

¡Hijos nuestros!

Boca Juniors 2 - Independiente 0

¡Qué lindo es empezar esta crónica con el flamante mote de "hijos nuestros" que bien ha sabido ganarse la mitad más amarga de Avellaneda! Los treinta y pico de partidos que nos llevaban hace medio siglo son nada más que recuerdos de una historia muy lejana.
Todos consideraban a este partido como el del campeonato, y en unos días sabremos si fue así. Pero Boca lo salió a jugar a muerte, peleando cada pelota como si fuera la última, yendo al piso, jugando cuando se podía y corriendo todas las bolas. Del cansancio parecía no haber noticias.
El primer tiempo no tuvo demasiadas situaciones de gol, pero el xeneize merecía mejor suerte, por actitud, y también por algunos fallos arbitrales en contra que no pasaron desapercibidos en la gente. ¡El penal a Palacio fue muy claro!
La segunda mitad arrancó con el marcador sin abrir, y ahí vendría lo mejor. Porque a ninguno de los dos le convenía el empate (aunque curiosamente sólo Boca apostaba a ganarlo en lugar de aguantarlo). Y allí llegó lo mejor de Boca: a su habitual sacrificio, ahora se sumaban algunas jugadas bien hilvanadas, situaciones de gol y la cancha se empezaba a inclinar.
Y lo que el arquero visitante evitó varias veces, llegó con un poco de fortuna. ¡Gol de Boca! Gol de Palermo, luego de que una barrida de Battaglia rebotará en su pródiga pierna.
El resultado era un poco más justo, pero Boca fue por más. Y ni hablar cuando se quedó con un jugador más por la expulsión de Cáceres. Todo era azul y oro, en el campo y en las tribunas. Hasta que faltando dos minutos, el Pocho Insúa selló el resultado luego de empujar el balón tras el enésimo desborde de Palacio, figura excluyente del partido.

La 12 cantó:
El Pocho los cagó,
el Pocho los cagó,
los cagó,
el Pocho los cagó.

Ahora quedan dos finales para cerrar el año de manera espectacular. Pero no hay que confiarse, porque no hay margen de error. Si el equipo juega como hoy, la gloria estará más cercana.

Boca fue un Puma

Pumas UNAM (México) 1 - Boca Juniors 1

Boca Juniors se trajo un resultado bárbaro de México, aunque con esta maldita regla del gol de visitante, al jugar de local todo se complica un poco más.
Pese a la altura, al cansancio y a enfrentar a un gran rival, el xeneize salió decidido a ser protagonista y buscar los 3 puntos desde el arranque. Primero lo tuvo Palacio y luego Palermo, mientras Boca arrinconaba al equipo local para sorpresa de todos.
Tanta fue la presión, que a nadie lo sorprendió el gol de Boca. ¡Si a esa altura hasta el 1-0 parecía injusto! Llegó el descanso y la sensación era de lamento por no haber podido convertir otro gol.
La gran incógnita era ver cómo saldría Boca el segundo tiempo: ¿aguantaría la altura y la presión de un local que tenía que jugarse todo?
El equipo, contra todos los pronósticos, volvió a salir al frente. ¡Nada de especular! Y lamentablemente, el empate mexicano llega en forma de contragolpe cuando casi todo Boca estaba en campo rival. Una verdadera pena.
De ahí en más, Pumas atacó, y Boca, cansado por el gran desgaste, se replegó y contraatacó cuando pudo. Hubo chances en los dos arcos y el palo estuvo varias veces de nuestro lado. Pero en la última, estuvimos a centímetros de traernos los 3 puntos. En una gran contra, Delgado le cedió el balón a Palacio y el arquero local evitó su derrota. Y también la evitó el árbitro uruguayo, que omitió un clarísimo penal a Neri Cardozo.
De cara a la revancha, Boca se vino con un buen resultado, pero para nada tranquilizador. Enfrente habrá un rival duro, a quien con empatar por 2 o más goles le bastará para darnos un disgusto. Así que a no confiarse y jugar con los dientes apretados... ¡como hoy!

Boleto a la final

Universidad Católica (Chile) 0 - Boca Juniors 1

¡Otra noche copera llena de magia y mística que engrandece nuestra historia! Todos nos daban por muertos: los periodistas, los rivales, los anti-Boca. Pero no, Boca ganó en Chile y sacó pasaje para México, donde disputará en fecha a confirmar a los Pumas de la UNAM en la primera final de la Copa Sudamericana versión 2005.
Con esto del gol de visitante, muchos sacaban cuentas. Pero el xeneize hizo lo que debía: salir a ganar. Desde el pitazo inicial Boca se llevó por delante al rival, y lo obligó a replegarse en su campo por casi toda la primera mitad. El equipo presionaba en todos lados, manejaba la pelota y creaba algunas situaciones de gol, siendo la más clara el remate de Palacio en el travesaño.
Casi al final del primer tiempo la Católica emparejó un poco las acciones y dividió un poco la posesión del balón.
El segundo tiempo arrancó más parejo; parecía que Boca estaba sintiendo el esfuerzo de la primera mitad y el cansancio acumulado. Pero la actitud era la misma: trabar cada pelota como si fuera la última, arriesgar e ir hacia adelante. En un momento Boca tenía a casi todo el fondo con tarjeta amarilla.
En el peor momento de Boca (léase, cuando el partido era realmente parejo), vino un centro llovido de Ibarra que Palermo bajó para la entrada de Insúa, quien habilitó a Schiavi y marcó el único tanto de la noche con un formidable rodillazo. ¡Es que había que hacer el gol a lo Boca: como sea!
Ahí vino el momento de aguantar, y quizás nos replegamos más de la cuenta por no haber acertado alguna de las contras que tuvimos.
Pero llegó el final... ¡el final para los chilenos! Porque Boca sigue en carrera, y cada vez falta menos para la recta final. Y ahí, se sabe, podremos ganar dos torneos, uno o ninguno. Son las reglas del juego. Pero lo que no podremos, sea cual sea el desenlace, es reprocharle algo a estos jugadores que son bien dignos que vestir la azul y oro.